VINOS MEDICINALES: 9.000 AÑOS DE HISTORIA
Recordando aquellas 'quinas'
GLORIA CASARES
EFE
López González, que ha ofrecido esta semana una conferencia sobre la historia de los vinos medicinales en las XXXV Jornadas de Viticultura y Enología de Tierra de Barros, organizadas por el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo (Badajoz), ha comentado que en su origen fueron conocidos con el nombre de "el remedio del rey".
Casi todos ellos tenían las mismas propiedades, eran tónicos que reforzaban a las personas, puesto que producían una estimulación en los consumidores, "eran reconstituyentes, antianémicos, daban vigor y fuerza", ha comentado.
A raíz de un estudio sobre estos vinos medicinales, elaborado por el citado departamento de la Complutense, esta doctora ha considerado que han tenido una importancia crucial a lo largo de la historia.
A partir de 1954 desaparecieron de la farmacopea española, aunque se siguieron vendiendo hasta los años 70, ha precisado a Efe. Uno de los últimos vinos medicinales que se permitió elaborar en España fue uno "muy llamativo, que contenía uranio", ya que en 1967 la Comisión Nacional de la Energía seguía suministrando uranio a sus fabricantes para su elaboración.
Sin embargo, el más conocido en España fue el vino de quina Santa Catalina y el San Clemente, que vivieron su auge en los años 50 y 60 y que aún recuerdan muchos mayores. Ambos nacieron tras el "boom" de los vinos medicinales a finales del siglo XIX en todo el mundo y que "eran muy famosos" en los Estados Unidos y Francia.
El fenómeno se importó a España, que enseguida vio "la gallina de los huevos de oro" y pronto comenzó a exportarlos, tras elaborarlos en pequeños laboratorios que se construyeron al lado de las bodegas.
Aunque su origen se sitúa en la Antigua Persia, su primer testimonio documentado data del año 3.200 antes de Cristo. Fue en Egipto, en una vasija de la momia de Horus Escorpión I en la que con análisis biomoleculares se determinó la presencia de sustancias medicinales activas.