Los Puertos en blanco

Los Puertos en blanco
Nevada 18 de Enero de 2017

sábado, 19 de abril de 2014

La ruta de la buena mesa: comer en la A-1


La ruta de la buena mesa: comer en la A-1


La llaman la ruta de la buena mesa, entre otras cosas, porque la A-1 es muy agradecida en lo que al paladar se refiere: en los casi 250 kilómetros que separan Madrid de Burgos no hace falta dar muchas vueltas para comer como un rey. La mala noticia es que seguir el camino se puede hacer algo cuesta arriba después de un buen lechazo, unas estupendas carnes a la brasa o incluso varios pinchos -de los que podrían ganar un concurso-. ¿La buena? Que el disfrute de una buena parada no nos la quita nadie. Aquí os dejamos siete de esos restaurantes en los que merece mucho la pena parar si salís de Madrid en dirección Burgos o viceversa. ¡Buen (y sabroso) viaje!
Área de Boceguillas
Una de esas más que gratas sorpresas que invitan a repetir porque su dueña Conchi se lo trabaja para que la clientela siga contenta: mantiene todo impecable, con detalles de restaurante de cinco tenedores, ofreciendo muy buena cocina y materia prima de calidad. En la carta se pueden encontrar los platos típicos de la zona, cocinados también con productos de la comarca: las verduras son de su huerto, los huevos los recogen en pueblos que están a menos de diez kilómetros a la redonda, también allí compran el lechazo y demás carnes que ofrecen en su menú. Y para rematar, increíbles vistas a Somosierra. Cuando a sus clientes les preguntan qué más querrían, casi todos responden lo mismo: que dure muchos años. (Autovía Madrid-Irún, kilómetro 115, Boceguillas. Teléfono: 921 54 37 03).
Las Campanas de Miliario
Hay quien lleva años parando en este establecimiento para comerse uno de sus famosos bocadillos de chorizo guisado (cuenta la legión de fans que hay que tener cuidado porque crean adicción). Pero Las Campanas es conocido sobre todo por el plato estrella de la zona, el cordero asado -además de por las chuletillas de cordero y el cochinillo-. Cocina castellana sin muchos aditivos y muy bien preparada. Además, no te llevarás ningún susto al pedir la cuenta. (Autovía Madrid-Irún, kilómetro 134, Honrubia de la Cuesta. Teléfono: 921 534 365).
Salón del mesón Las Campanas de Miliario, Honrubia de la Cuesta.
Plato del mesón Las Campanas del Miliario, Honrubia de la Cuesta.
El Lagar de Isilla
Aunque la A-1 no pasa por Aranda de Duero, merece la pena perder cinco minutos tomando la salida 152 para desviarse a la antigua Nacional 1 y pegarse un homenaje en esta localidad plagada de estupendos restaurantes. Uno de los que siempre es un acierto es El Lagar de Isilla, con una barra de pinchos que no tiene nada que envidiar a las de los mejores bares de San Sebastián. Y además, sin escatimar en dimensiones. Pero para los que quieran comer de mesa y mantel, la oferta tampoco se queda corta: lechazo del bueno, carta bien surtida de otros platos castellanos que elaboran con mimo y unos postres -de los de repetir- entre los que la tarta de queso es la reina. Una recomendación para el copiloto: no hay que perderse la bodega. Además de que elaboran su propio vino, aquí se puede encontrar la mayoría de referencias de la Ribera del Duero. (C/ Isilla 18, Aranda de Duero. Teléfono: 947510683). 
Mesón Nuevo Coto
Otra posibilidad para quien haga el alto en el camino en Aranda es este mesón, en el que quizá hay que rascarse un poco más el bolsillo, pero merece la pena. Especializado en la cocina castellana, se ha hecho con una buena clientela, y sobre todo muy fiel, gracias a su maravilloso trabajo entre fogones. (Plaza de la Constitución 4, Aranda de Duero. Teléfono: 947 50 79 93).
La Parrilla de Fontioso
Ha estado cerrado más de un año, esperando que acabaran unas obras que impedían el acceso directo a este restaurante con muy buena fama entre los de paladar exigente. Por eso es una muy buena noticia que vuelva a abrir sus puertas coincidiendo con la apertura del parking para camiones que está al lado. ¿Y qué hay que pedir aquí? Por supuesto que lo que uno quiera, pero las carnes a la brasa son de las de 10. (A-1 en dirección Madrid, kilómetro188, Fontioso. Teléfono: 947 172 990).
Casa Antón
Hay quien se apostaría todo lo que tiene a que este restaurante sirve el mejor lechazo de Castilla y León. Y si no es así, al menos experiencia en prepararlo tiene: el único plato que se sirve -aparte de la ensalada- es el cordero lechal. Lo cocinan en horno de leña y lo sacan en el punto justo, sin florituras ni adornos que puedan despistar de su sabor. Por eso quienes quieren probar un lechazo de los sabrosos de verdad suelen pasar por aquí. Entre ellos, un montón de personajes famosos que han quedado retratados en las paredes del local. Un consejo: aunque la mayoría de los comensales no tengan ojos más que para el cordero, dejad sitio para el postre. El dulce de limón es de los de premio. (C/ Doctor Luis Cervera 5, Lerma. Teléfono: 947 17 03 62).
Fonda Caracoles
Tiene más de un siglo de tradición y en todos estos años ha sabido mantener una clientela fiel que asegura que en este restaurante cuidan mucho al comensal. Sobre todo a su estómago: guisos castellanos, platos de caza, sus famosos escabechados caseros, distintas variedades de setas de temporada y por supuesto, de nuevo el lechazo, son algunas de las opciones. Un clásico con el que acertar seguro. (C/ Doctor Luis Cervera 10, Lerma. Teléfono: 947 170 563). 

sábado, 12 de abril de 2014

Chollos en la N-VI: comer en carretera


Chollos en la N-VI: comer en carretera

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Imagen del asador Alto del León.
Salón del asador Alto del León.

Chollos en la N-VI: comer en carretera


Hace un par de años, una película recuperó el espíritu de la vieja N-VI. Los 600 kilómetros que unen Madrid y A Coruña aportan una colección de bares y restaurantes que nos pueden ayudar a ver la gastronomía de otra manera. No son los más lujosos, ni aparecen en las guías de alta gastronomía, pero es precisamente por eso por lo que también nos gustan. 
La Chimenea
Casi se desea que esté atascado el cruce del pueblo de Guadarrama, por la antigua N-VI, para poder parar en La Chimenea. Siempre tranquiliza el ver a Vicente al lado de las brasas. Con un ojo vigila la parrilla y el punto de la carne, y con el otro la barra, donde sus croquetas, sus boquerones y sus pimientos justifican el tener que abrir hueco para ellos -con ese juego de cadera y codo que solo tenemos los muy aficionados a los bares de calidad-. Si hay tiempo, siempre podemos comer en la sala. Eso sí, el humor de Marta a la hora de reservar mesa nos puede condicionar la comida. (Guadarrama, Madrid. Telf. 918 54 29 36).
Alto del León
A un lado Madrid; al otro, Segovia. Aquí tienen al atardecer la mejor vista nocturna de Madrid, con la iluminación de la AP-6. Por aquí pasa todo el mundo, desde la patrulla de la Guardia Civil hasta el dominguero que quiere presumir de coche nuevo, pasando por la parejita que quiere darse un beso frente al pinar o el niño insoportable que necesita una parada técnica.
Sus carnes a la brasa son un buen reclamo, pero lo obligado son sus tortillas, sobre todo cuando son recientes, altas, cuajadas y generosas en ingredientes. Además, las vistas son gratuitas (Kilómetro 56,2. Guadarrama, Madrid). 
Bar Volvoreta
Mucho y bueno se puede escribir de la colección de bares que defienden la N-VI a su paso por San Rafael. Soy un defensor de los churros del bar Jara o de los huevos con pisto de la Brasserie. Sin embargo, hay que defender el buen hacer de Mariano y su padre en el Volvoreta, casi cuando las casas de San Rafael miran a El Espinar. Si está su Toyota en el aparcamiento, seguro que ya está él en la cocina. Excelente ensaladilla rusa, buenos torreznos y un menú de diez euros justifican la parada en este bar en el que la amabilidad de los camareros en la barra se demuestra porque saben lo que vas a pedir (San Rafael, El Espinar, Segovia).
Valdechin
Casi se debería hacer una modificación para tener un buen acceso a este típico bar de carretera. El lugar merece una visita por sus desayunos. El café aquí se trata con cariño y las tostadas con aceite son un referente. En invierno, su chimenea se agradece casi tanto como la tortilla que ofrecen con unos torreznillos o unas tiras de morro que nos recuerdan a los que preparaban nuestras abuelas. Si necesitamos un suplemento energético, la opción de los huevos fritos con taco de lomo es un clásico de la zona. ¿Quieres más? Pues ese menú que tienen por diez euros. Al salir del parking, por favor, siempre en dirección Madrid, ya que el helicóptero de la DGT amortiza con sus multas las horas de vuelo en la zona.(Kilómetro 85. Villacastin, Segovia).
Estación de servicio Shell
No parece un lugar muy prometedor por su aspecto, pero la realidad es muy distinta. Lo que empezó como un lugar de encuentro entre los moteros que acudían a Pingüinos, se ha convertido en un clásico por sus hamburguesas. Buena carne, bien preparadas y excelente relación calidad-precio. Dicen que Melendi es uno de sus clientes más famosos, pero por aquí todo el mundo ha parado (Kilómetro 186. Villavieja del Cerro, Valladolid).
Los Ángeles
Probar el menú de este lugar es casi un ejercicio de calendario. De lunes a viernes, 11 euros; los sábados, 13; los domingos, 15. Así es la vida y así se hacen las cosas. Curiosamente, las raciones son muy semejantes. En temporada, se sabe que su receta de Ancas de rana bien justifica los 24 euros que vale el plato. Delicioso manjar que no todo el mundo entiende, pero que merece una visita (Kilómetro 292. Valcabado del Páramo, León. Telf.: 987666205).
Delfín
La cantidad no suele ser compañera de la calidad, pero hay que reconocer que este lugar ha logrado mezclar las dos cosas. José Manuel es un digno sucesor del local que inauguró Delfín en los años 60. Diez primeros y diez segundos con excelentes platos de cuchara como protagonistas. Su fabada y sus lentejas son dignas compañera de carnes del Esla o guisos de bacalao. Sus natillas y sus flanes también han traído a más de un peregrino que hace el camino de Santiago (Kilómetro 326. Astorga, León. Telf.: 987602414).
La Magdalena
Un clásico del mundo del transportista, pero hay puntos tan clásicos que siempre merecen la pena. Una veintena de primeros y otros tantos segundos no facilitan la decisión de qué comer, pero merece la pena el esfuerzo. Su menú de 14 euros es una buena recomendación.
Además José Antonio ha integrado algunos productos de la zona con su chuletón de vaca a la piedra. Cierra los sábados por la noche y los domingos (Kilómetro 336. Combarros, León. Telf.: 987606559).
Mirador del Ermitage
Iván Martínez sabe cómo hacer las cosas. La Bañeza siempre ha tenido una gran tradición buena repostería, en parte gracias al buen hacer durante muchos años de Paco Rubio, maestro repostero. Sus chocolates lo convirtieron en un lugar de referencia y algunos dicen que más de un cliente pide el menú de 11,50 euros para poder tomarse su arroz con leche. Ya no tiene el ambiente glorioso de cuando se usaba su discoteca y sus jardines eran escenarios de numerosos reportajes de boda, pero aquí se sigue comiendo muy bien. Sus alubias de La Bañeza y sus patatas con bacalao son un referente (Kilómetro 300. La Bañeza, León. Telf.: 987641812).
A ruta esmeralda 
¿Podemos parar, comer y disfrutar de un menú por nueve euros? Pues sí, este restaurante lo demuestra. Su cocido o su caldo gallego ya justifican la visita, que se redondea con pescados y carnes guisados con recetas muy tradicionales. Es una cocina de puchero y cazuela que se complementa con su tarta de Santiago y de manzana.
La misma propiedad gestiona el local desde su fundación hace casi 35 años. (Kilómetro 538. Begonte, Lugo. Telf.: 982398102).