Los Puertos en blanco

Los Puertos en blanco
Nevada 18 de Enero de 2017

jueves, 30 de diciembre de 2021

LA NUEVA GENERACION DE PALABRAS EN INTERNET PARA CITAS

Si bien las aplicaciones de citas llevan experimentando un espectacular crecimiento en los últimos años, con la llegada de la pandemia han explotado definitivamente. Los problemas para conocer nuevas personas debido al estado de alarma y las posteriores limitaciones al ocio nocturno han provocado que incluso los más reacios se hayan animado a darles una oportunidad a estas herramientas que prometen ayudarnos a encontrar pareja desde la comodidad del hogar. Desde que la Covid llegó a nuestras vidas, aplicaciones como Tinder, Bumble o Badoo han multiplicado sus usuarios y deslizar perfiles ajenos se ha convertido en una rutina digital más para muchos, como podría ser consultar el correo electrónico o revisar las historias de Instagram. Sin embargo, esta explosión ha propiciado también una normalización de ciertas prácticas tóxicas, o como mínimo desconsideradas, que los recién llegados deberían conocer para aprender a lidiar con ellas de una forma sana. Como en la vida real, hacer 'match' (cuando dos usuarios se gustan mutuamente) tan solo es el principio.


Gato por liebre 'Catfishing' 

Si un perfil parece demasiado bueno para ser cierto quizá no lo sea. El ' catfishing' consiste en crearse una cuenta falsa con el objetivo de engañar, estafar o abusar de alguien. Por suerte, cualquiera que lleve tiempo usando internet ha desarrollado un sexto sentido para intuir cuándo una foto se ha descargado de Google. Si esa extranjera guapísima que supuestamente lleva unos meses viviendo con sus tíos en España te empieza a hablar de cómo se está forrando minando criptomonedas, sal corriendo.

Vendehumos 'Kittenfishing' 

 Una variante del caso anterior son esas personas que, aunque son reales, se muestran de forma engañosamente positiva con el objetivo de encandilarte. Como es lógico, todos tratamos de mostrar nuestra mejor cara cuando estamos interesados en conocer a alguien, la diferencia es que los que practican el 'kittenfishing' actúan como manipuladores emocionales, fingiendo una personalidad que no se corresponde con la real. En ocasiones la farsa también puede darse en las fotos, por ser de hace diez años o estar retocadas para eliminar arrugas e imperfecciones. Afortunadamente las mentiras tienen las patas muy cortas y suelen caer por su propio peso si mantenemos una actitud vigilante y no pecamos de ingenuos. 

De mayor quiero ser 'influencer' El 'instagramer' 

Cada vez son más los aspirantes a ' influencers' que utilizan las aplicaciones de citas para darle un empujón a su perfil en Instagram. Resulta fácil reconocerlos. Lo primero que llama la atención es que sus imágenes recuerdan sospechosamente a una sesión de fotos profesional, como sacadas de un 'book' de modelos. Tampoco es que se molesten en disimular: en la descripción de su biografía incluyen su usuario de Instagram y te animan a seguirles ahí porque «responden antes» o porque «no suelen entrar demasiado a Tinder». No pierdas el tiempo, lo más probable es que nunca te respondan o que, si lo hacen, solo te ofrezcan una desganada conversión mínimamente exigible para no generar antipatía. La realidad es que solo quieren hinchar sus cifras de seguidores y, de paso, su ego.

Ahora me ves, ahora ya no 'Ghosting' 

 Tras unas primeras conversaciones prometedoras o, al menos, dentro de un clima de cordialidad, la otra persona decide desaparecer sin mediar palabra. Puede que simplemente deje de responder o que haya tomado medidas más drásticas, como deshacer el 'match' o bloquearte, si es que habéis llegado a intercambiar los teléfonos, sin ofrecer ninguna explicación. En algunos casos especialmente retorcidos, el 'ghosting' se produce tras darte plantón en la primera cita. Si después de una semana no te ha respondido, puedes ir haciéndote a la idea de que ha decidido lanzar una bomba de humo y desaparecer de tu vida. Aunque puede resultar un duro golpe para el autoestima, no te lo tomes como algo personal. En las aplicaciones de citas es muy fácil conocer gente, pero resulta igual de fácil abandonarlas sin remordimientos ni la más mínima repercusión social. 

Un paso atrás 'Curving' 

No todos los que no están interesados en iniciar una relación optan por el 'ghosting', algunos simplemente se distancian, sin llegar a desaparecer del todo. Si observas que la otra persona se encuentra algo más esquiva, tarda en responder más de lo habitual durante varios días o muestra señales evidentes de desinterés, tiene todas las papeletas para ser un caso de 'curving'. No le interesas, pero no quiere pasar el mal trago de rechazarte de forma directa y prefiere que seas tú el que se canse y acabe tirando la toalla. ¿Esa persona solo te da largas? Se está rifando un caso de 'curving' y tienes todas las papeletas. 

Marear la perdiz 'Breadcrumbing' 

Como en el caso del 'curving', una persona que hace 'breadcrumbing' se muestra recelosa y poco proactiva en la conversación. Como en el caso del 'curving', sigue manteniendo el contacto, aunque sea con cierta desgana, la diferencia es que en este caso se sugiere un posible paso hacia adelante que nunca llega. Mientras que la persona que practica el 'curving' no suele hacerlo por malicia, sino por cobardía o desinterés, el 'breadcrumbing' tiene una connotación más perversa porque la otra persona sí alimenta activamente las esperanzas que pueda tener su interlocutor, pero sin llegar a materializarlas. Lo que viene a ser marear la perdiz, hablando en plata. Si se comporta de forma incongruente y responde con ambigüedad ante la propuesta de planes, lo mejor que puedes hacer es plantarte y pedirle que ponga las cartas sobre la mesa.

Chupar banquillo 'Benching' 

Una variante del 'curving' o el 'breadcrumbing' es que te pongan a chupar banquillo. En este caso la otra persona sigue manteniendo la comunicación y en ocasiones da señales de interés, pero tampoco termina de materializar planes o compromisos de forma definitiva. El matiz diferenciador es que, en este caso, se hace con la intención de ganar tiempo y contar con un 'plan B' en caso de que las cosas se tuerzan con una tercera persona que le interesa más. En este caso no está todo perdido, pero probablemente no te convenga caer en las redes de una persona tan calculadora e insensible. 

El 'match' que se alzó de la tumba 

Los zombies Como en una película de terror, en el mundo de las aplicaciones de citas no todos los muertos descansan eternamente. En ocasiones, después de semanas o meses sin dar señales de vida, un viejo 'match' puede regresar desde el más allá con la intención de retomar la comunicación, ya sea actuando como si no hubiera ocurrido nada o justificándose con alguna excusa peregrina que huele a patraña desde el minuto uno. Normalmente detrás de este comportamiento se encuentra una ruptura con una tercera persona de la que nunca te habló. Si no te importa ser su segundo plato y crees en las segundas oportunidades, adelante, pero no te extrañes si la cosa acaba por no funcionar. A fin de cuentas, esa persona ya te descartó en un primer lugar.

Ni lo intenta 'Obligaswiping' 

Este término es una contracción de los anglicismos 'obligation' (obligación) y 'swiping' (deslizamiento) y se usa para describir a las personas que se dedican a deslizar perfiles movidas por una sensación de obligación. Puede ser por presión social, como esas chicas que acaban cediendo ante la insistencia de sus amigas a las que les fue bien en Tinder, o por una rebuscada autoimposición, para sentir que se está haciendo algo por salir de la soltería. Sea como sea, estas personas están en estas aplicaciones 'por estar' y, aunque deslizan perfiles y participan en conversaciones (de mala gana), no tienen un interés real en salir con nadie ni ponen demasiado esfuerzo en conocer a otras personas. Resulta fácil reconocerlas porque suelen recurrir a excusas vagas para no quedar, como que nunca tienen tiempo, o porque responden tarde y con el mismo entusiasmo que el que aguarda en la cola del banco para devolver un recibo. Si la relación no fluye, no trates de forzar las cosas, no servirá de nada. 

Complejo de entrenador de Pokémon Coleccionistas 

 Un fenómeno similar al 'obligaswiping' son los coleccionistas de 'matches'. Como en ese caso, por lo general no están interesados en tener citas reales ni en participar en conversaciones, sino que se limitan a amasar perfiles a los que se les ha gustado por simple narcisismo. Estos usuarios parecen haberse vuelto adictos a la descarga de dopamina que sienten cuando salta la notificación de turno, pero no están realmente dispuestos a conocer a las personas detrás de esos perfiles. 

Pesca de arrastre 'Fishing' 

 Lo opuesto al 'obligaswiping' serían los usuarios que practican la pesca de arrastre en las aplicaciones de citas. La estrategia de estas personas es dispararle a todo lo que se mueve y decidir después. Son proactivos, generalmente demasiado, y desde el primer contacto se muestran ansiosos por calibrar sus opciones. Suelen recurrir al 'ghosting' o alguna de sus variantes cuando ya tienen sobre la mesa varios planes de ataque y consideran que ha llegado el momento de descartar los que les despiertan menos interés. 

La ventana indiscreta 'Stalking' 

 Aunque lo vuestro está muerto y enterrado, si es que alguna vez hubo algo, la otra persona sigue cotilleando tus historias de Instagram o estados de WhatsApp desde las sombras. Se trata de una práctica inofensiva pero incómoda que puede cortarse de raíz usando las opciones de bloquear y silenciar que ofrecen todas las redes sociales. Por lo general estos molestos mirones ni siquiera se enterarán, así que tampoco hay peligro de ofenderles. 

Un 'airbag' humano 'Cushioning

Esto, más que una táctica para ligar, es una técnica de autoprotección. Una bastante retorcida y rastrera, todo sea dicho. Consiste en usar las aplicaciones de citas para conocer a otras personas mientras mantienes una relación o un rollo con mal pronóstico. A diferencia del 'benching', la intención no es disponer de una pareja potencial de reserva por si falla el 'plan A', sino contar con alguien para usarlo como apoyo emocional (de ahí el término 'cushioning': cojín en inglés) y amortiguar el golpe que supondría una previsible ruptura con la primera persona. 

Usar y tirar 'Roaching

Este término se traduciría como 'cucaracha'. Como te puedes imaginar ante semejante nombre, se trata de una de las prácticas más despreciables de la lista. Consiste en hacer creer a la otra persona que se está manteniendo una relación estable, cuando en realidad no se tiene ninguna pretensión de tener nada serio. En algunos casos incluso se está saliendo con más personas, lo que vendría a ser como practicar el poliamor pero sin acordarlo previamente o incluso mintiendo acerca de la naturaleza de la relación. Recuerda que es muy importante definir las cosas desde el principio.

viernes, 16 de abril de 2021

TINTIN PARTE I

Tintín siempre fue uno de los cómic y posiblemente una de las obras literarias más influyentes e importantes del siglo XX. Visto hoy es un fiel reflejo de aquellos años y aspectos como el racismo, el machismo y el clasismo, pueden llegar a ruborizar a más de uno, pero, no deja de ser un lienzo perfecto de la sociedad de mitad del siglo XX. Pero lo que no ruboriza a nadie y sigue funcionando a la perfección es su sentido de la aventura, el misterio y el suspense y es que, Tintín es eso además de cultura y por supuesto un ejemplo perfecto de lo que debe ser la narrativa infantil o juvenil. 

 Ahora Netflix estrena la serie emitida en los 90 y que mejor momento que este para poder disfrutarla en familia y además recibir una información extra con este especial Cinematte de hoy. Uno que recoge los mejor de la historia de Tintín principalmente en su faceta de cine y televisión. La serie de los 60: "Las aventuras de Tintín, después de Hergé" Las aventuras de Tintín, después de Hergé, dirigida por Ray Goossens y producida por Belvision en la década de 1960 (1959-1964) es la primera adaptación real de dibujos animados de Las aventuras de Tintín. 

Reúne en siete series de episodios ocho historias de álbumes de Tintin en una versión muy diferente de estos. Podemos notar que en esta versión el profesor Tornasol no tiene problemas de audición y viste ropas amarillas y marrones (en lugar de su habitual conjunto verde) y que los agentes Dupond y Dupont (Hernández y Fernández) usan el mismo bigote (excepto en el episodio del Objetivo lunar). 

Rastapopoulos y el coronel Sponsz son los únicos ladrones ausentes de estas aventuras, aunque el coronel Sponsz aparece en el caso Sunflower con el nombre de Coronel Brutel, con un físico inalterado. 

Origen En 1957, los estudios de Belvision hicieron una primera adaptación del trabajo de Hergé. En coproducción con RTF, dos primeras películas están hechas en 16 mm en blanco y negro, de los álbumes Cetro de Ottokar y L'Oreille cassée (La oreja rota). Hergé no quiere involucrarse personalmente en este proyecto y delega supervisión a Bob de Moor. Siguiendo el consejo del RTF, la realización se confía a Anne-Marie Ullmann, quien tiene prohibido retocar los dibujos proporcionados por Studios Hergé1. 

Este veto dará como resultado una animación laboriosa y caracteres fijos, y el resultado decepciona al RTF, que no renueva su asociación.

 El cetro de Ottokar da lugar a una serie de ocho episodios de trece minutos, mientras que La oreja rota cuenta uno menos. Fueron retransmitidos en la televisión francesa en el invierno de 1957 y en el verano de 1959. Jean Nohain presta su voz al narrador y a todos los personajes (incluido Castafiore). Un nuevo equipo Para mejorar la calidad de su producción, los estudios de Belvision contratan a Yvan Szücs, bajo cuya dirección los personajes ahora moverán sus labios1. Un nuevo director también participa, Ray Goossens, que impondrá el uso de celuloide. 

A principios de 1959, el productor estadounidense Larry Harmon firmó un acuerdo con Belvision para adaptar el álbum Objetivo: la luna. Con un guión de Charlie Shows, un primer piloto es dirigido rápidamente por Paul Fennell, que adapta libremente el álbum4. Se prevé un contrato, que compartiría la producción entre los estudios de Belvision y Los Ángeles, pero finalmente se suspende, a pesar de que la realización de los veinticinco episodios de cinco minutos de Objetivo: la luna ya está en marcha en gran medida. Raymond Leblanc, jefe de Belvision, encuentra un nuevo socio en Francia: Télé-Hachette. Ray Goossens dirigió los episodios, mientras que Charlie Shows es responsable del ritmo y suspense. La colaboración con Charlie Shows es complicada, debido a las libertades que tiene en sus escenarios, lo que desagrada a Hergé. Sus relaciones también están tensas con Ray Goossens, que no aprueba ciertas elecciones artísticas. Finalmente, los estudios de Belvision no están acostumbrados a producir de manera masiva y aún no conocen los métodos de trabajo estadounidenses, lo que se refleja en la calidad del producto final. 

En abril de 1961, Hergé y Raymond Leblanc decidieron contratar a Greg para apaciguar la situación. El asunto Tornasol Después de 89 episodios de cinco minutos, correspondientes a la adaptación de seis álbumes (Moon Lens, The Golden Claw Crab, El secreto del unicornio, The Red Rackham Treasure, The Mysterious Star, The Black Island) Télé-Hachette está insatisfecho con el resultado y decide, en 1963, no renovar el contrato con Belvision. Sin embargo, Raymond Leblanc decidió producir una nueva adaptación a pesar de todo, solo con Belvision. Será The Sunflower Affair, en un guión de Greg y Bernard Fredisch, en trece episodios de cinco minutos, episodios fusionados para la edición de DVD para formar una película coherente. 

 La serie de los 90: 'Las Aventuras de Tintín' en Netflix Las Aventuras de Tintín es una serie de animación franco-canadiense basada en Las Aventuras de Tintin, una serie de comics creada por el dibujante belga Hergé. Comenzó a emitirse en 1991 en France 3 y consta de 3 temporadas y un total de 39 episodios de unos veinte minutos de duración. A España llegó emitiéndose a través de Canal+ y actualmente podemos disfrutarla en Netflix. Historia La serie de televisión fue dirigida por Stephen Bernasconi y Peter Hudecki como ayudante de dirección, y producida por Ellipse (en Francia) y por Nelvana (en Canadá) en nombre de la Fundación Hergé. 

Se trata de la primera adaptación de los álbumes de Hergé después de más de veinte años. La producción contó con guionistas como Toby Mullally, Eric Rondeaux, Martin Brossolet, Amelie Aubert, Denisse Fordham y Alex Boon. Producción Principalmente se utilizaron técnicas de animación tradicionales. 

Los libros se tuvieron en cuenta durante todas las etapas de la producción, y algunas viñetas de los álbumes originales se llevaron directamente a la pantalla. En los episodios Objetivo: la Luna y Aterrizaje en la Luna se utilizó animación 3D para crear y animar el cohete (también el cohete de la secuencia de título), un hecho poco habitual en 1989. 

Cada fotograma de la animación se imprimió en celuloide y se pintó con gouache. La serie se grabó en inglés, aunque los aspectos visuales (como carteles y pósters) permanecieron en francés. Cambios respecto a los libros Algunas partes de las historias plantearon dificultades para los productores, que tenían que adaptar los libros para una audiencia mayoritariamente joven. 

No obstante, la serie es más fiel a los álbumes que su predecesora, Les aventures de Tintín, d'après Hergé, creada entre 1959 y 1963. Se hicieron cambios por motivos de simplificación o de audiencia. 

Algunos de estos cambios incluyen reducir la elevada cantidad de violencia, muerte y el uso de armas de fuego en muchas de las aventuras. 

El rol de Tintín fue ligeramente reducido, y éste regaña a su perro Milú menos a menudo que en los libros. A lo largo de los libros, Milú es visto frecuentemente "hablando", ya que se entiende que su voz es oída sólo a través de la "cuarta pared". 

Sin embargo, estos comentarios no se encuentran presentes en la serie de televisión, excepto en una ocasión. Además, en dos ocasiones durante la serie, Tintín ya conoce a algunos de los personajes, como a Hernández y Fernández en Los cigarros del faraón, y a Piotr Pst en Stock de Coque, cuando era la primera vez que se veían en los libros. Esto se explica porque la cronología de los episodios de la serie de televisión es diferente. 

El alcoholismo del capitán Haddock también supuso un problema, aparte de por la edad de la audiencia, porque esperaban vender la serie en países donde el alcoholismo es un problema sensible. Aunque los libros originales no lo promovían, lo mostraban muy a menudo, con mucho humor sobre los resultados de beber alcohol. Por esto, Haddock es mostrado a menudo bebiendo, pero no tanto como en los libros, y El cangrejo de las pinzas de oro es la única aventura en la que su estado de embriaguez no es reducido. 

 Listado de episodios: 

Ordenados por fecha de emisión: 
Temporada 1 
El cangrejo de las pinzas de oro (Parte 1) El cangrejo de las pinzas de oro (Parte 2) El secreto del Unicornio (Parte 1) El secreto del Unicornio (Parte 2) El tesoro de Rackham el Rojo Los cigarros del faraón (Parte 1) Los cigarros del faraón (Parte 2) El Loto Azul (Parte 1) El Loto Azul (Parte 2) La isla negra (Parte 1) La isla negra (Parte 2) El asunto Tornasol (Parte 1) El asunto Tornasol (Parte 2) 

Temporada 2 
La estrella misteriosa La oreja rota (Parte 1) La oreja rota (Parte 2) El cetro de Ottokar (Parte 1) El cetro de Ottokar (Parte 2) Tintín en el Tíbet (Parte 1) Tintín en el Tíbet (Parte 2) Tintín y los Pícaros (Parte 1) Tintín y los Pícaros (Parte 2) Tintín en el país del oro negro (Parte 1) Tintín en el país del oro negro (Parte 2) Vuelo 714 para Sidney (Parte 1) Vuelo 714 para Sidney (Parte 2) 

Temporada 3 
Stock de Coque (Parte 1) Stock de Coque (Parte 2) Las 7 bolas de cristal (Parte 1) Las 7 bolas de cristal (Parte 2) El templo del Sol (Parte 1) El templo del Sol (Parte 2) Las joyas de la Castafiore (Parte 1) Las joyas de la Castafiore (Parte 2) Objetivo: La Luna (Parte 1) Objetivo: La Luna (Parte 2) Aterrizaje en la Luna (Parte 1) Aterrizaje en la Luna (Parte 2) Tintín en América 

La película de 2011: 
'Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio' 

Spielberg ha decidido devolvernos a Indiana Jones o, más bien, al que podemos considerar padre putativo del héroe del látigo y el sombrero, nos referimos, claro está, a Tintín. Con la película de Tintín la aventura ha vuelto de nuevo a nuestro presente y lo hace como debe ser, lo hace siendo el Tintín que todos conocemos, un personaje demasiado blanco y puro para nuestro tiempo, pero también demasiado necesario para el mismo. 
Por lo tanto el viejo Tintín está aquí o, mejor dicho, el mundo y los personajes que lo rodean están aquí, porque este personaje siempre ha sabido cuál es su papel en la función y, en esta ocasión, lo vuelve a demostrar. 35 años después de su última aventura, el héroe belga por excelencia está entre nosotros y lo ha hecho de la mejor forma posible. Los personajes de cómics fueron siempre un simple trazo de papel, un contorno a lápiz lleno de emociones, de matices y de historias que contar y, por lo tanto, qué mejor forma de adaptarlo que respetando su espíritu de ente artificial. Nadie en el mundo podrá ser Tintín, ningún actor conseguirá ursurpar sus ojos, su mirada o su expresión. 

Por eso Spielberg no ha tenido más remedio que esperar. 30 años ha necesitado para encontrar la forma de transformar el mito de papel en un mito de verdad y, después de ver a Milú, a Haddock o a los mismos Hernández y Fernández, podemos asegurar que la espera ha merecido la pena. Gracias a este film el Mop Cap (captura de movimiento) ha justificado para qué se ideó; si no encontrábamos sentido a la técnica que dio a luz títulos como Polar Express, Beowulf o Un Cuento de Navidad, ahora ya se lo encontramos. 

Este sistema ha nacido para devolver a la vida al carismático personaje que nos contó la historia del siglo XX con una simple línea clara. En la adaptación narrativa el producto corre la misma suerte que en su aspecto técnico. La decisión del propio Spielberg, de Peter Jackson y de Edgar Wright ha sido la de no adaptar el primer volumen de Tintín e, incluso, la de no adaptar ningún otro tomo de los 25 disponibles. 

La acertadísima decisión final ha sido la de hacer un compendio de los mejores momentos de algunos álbumes de Tintín añadiendo como pirueta final 25 minutos originales acordes con el espíritu tintiniano. 

El libreto de El secreto del Unicornio parte como base fundamental de la historia, pero el de El Cangrejo de las Pinzas de Oro o, incluso, momentos de Rackhman el Rojo también están presentes en el film. 

Todo este conjunto unido a los minutos originales nos deja una historia que desde su obertura inicial hasta su momento final nos tiene con la boca abierta, tanto a nosotros como a nuestros pequeños y, por supuesto, a todos aquellos mayores que decidan quitarse unas canas de encima y asistir a esta enorme función. 

Uno de los detalles más importantes a destacar era el temor de que tanto Spielberg como Jackson, como Wright, no pudiesen o supiesen mantener el estilo foráneo a ellos de la obra de Hergé, pero no ha sido así. 

El trío ha sabido respetar el primer código de la tradición del cómic franco-belga, el cual nos dice que el héroe debe ser un prisma para el público pero, al mismo tiempo, debe estar lo suficientemente retirado para permitir la existencia de los protagonistas secundarios, con lo que Tintín deja de ser el héroe principal de la función. 

No estamos entonces, como se ha dicho en muchos medios, ante un personaje principal falto de carisma, todo lo contrario, estamos ante un personaje con el carisma suficiente para hacernos disfrutar de todo lo demás, como un Capitán Haddock para el que no tenemos alabanzas suficientes para describirlo, o ante unos Hernández y Fernández por los que parece no haber pasado ni un solo minuto desde su última aparición. 

De este modo y al igual que en los cómics, Tintín no es el motor de la película, es el vehículo que nos guía por los senderos de la trama y por las vidas de unos personajes como nuestro amado capitán Haddock que, como ya ocurría en la obra original de Hergé, es la auténtica atracción del espectáculo. Si sobre el guión y la adaptación solo podemos deshacernos en alabanzas, sobre la dirección de Steven Spielberg nos encontramos en la misma situación. Estamos ante un producto animado donde no hay cámaras, físicamente hablando, y donde la planificación se desenvuelve por otros caminos a los habituales pero, aún así, en ningún momento dejamos de ver la mirada de Spielberg detrás de cada momento. 

Cuando vemos la relación entre Haddock y Tintín no podemos evitar recordar la que tuviesen Indiana Jones y su padre en el tercer capítulo de la saga; cuando escuchamos las partituras y los momentos en los que entran en acción, también recordamos momentos de la carrera del director, y cuando oímos el sonido de las armas o el chasquido de los puñetazos, no podemos dejar de soltar una sonrisa recordando, otra vez más, los caricaturescos efectos sonoros de la famosa saga del aventurero por excelencia. Por lo tanto, en la dirección del film vemos a ese primer Spielberg de los 80 pero, sobre todo, nos encontramos ante una pequeña montaña rusa que no veíamos desde En Busca del Arca Perdida o, incluso, desde la escena inicial de La Última Cruzada, en la cual un joven Indi recorría los techos de un tren en marcha, entrando, saliendo y encontrando una sorpresa en cada uno de sus vagones, escena que bien podría ser un resumen perfecto de lo que podemos encontrar en la hora y media de Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio. 


En definitiva, con su aparente sencillez, no sólo de trazo, la obra original de Hergé fue y es el resumen perfecto de un siglo, donde somos testigos de los régimes totalitarios, de dictaduras militares sudamericanas aún vigentes, del tráfico ilegal de esclavos, del de estupefacientes, de visitas a la luna, del negocio floreciente del petróleo, del colonialismo y de miles más de detalles que nos hacen tener una idea perfecta de qué ocurrió en nuestro pasado siglo XX. 

Así que sólo falta saber si las nuevas aventuras de Tintín serán también un reflejo de los nuevos tiempos o simplemente un maravilloso entretenimiento. Desde luego, eso sólo el tiempo lo dirá, pero haber conseguido lo segundo de la forma en la que lo hace ya sobra para rendirnos ante este viejo nuevo mito animado. Ranking los mejores cómic de Tintín 


Aquí os dejamos una lista ordenada de los mejores cómics de Tintín, catalogados de mejor a peor, aunque peor no hay ninguno, digamos de mejor a menos bueno. 


La lista es una opinión muy personal del equipo de Return, por lo que tomaros nuestro ranking como una simple curiosidad. 

La lista Destacaremos como vencedor el número 13 de la colección, El Templo del Sol, publicado entre el 26 de septiembre de 1946 y el 22 de abril de 1948. Continuamos con el número 2, El Asunto Tornasol que hace el volumen 17 de la colección y se publicó entre el 22 de diciembre de 1954 y el 22 de febrero de 1956. En el tercer lugar de nuestra lista aparece Las 7 Bolas de Cristal, álbum número 12 publicado en 1948, aunque se había escrito años antes. A continuación, tenemos Tintín en el Tibet, álbum número 19 publicado en 1960. Y por último queremos destacar el volumen que ocupa el quinto lugar de nuestra lista El Secreto del Unicornio, las aventuras publicadas en el álbum número 10 entre el 11 de junio de 1942 y el 14 de enero de 1943.