Si bien las aplicaciones de citas llevan experimentando un espectacular crecimiento en los últimos años, con la llegada de la pandemia han explotado definitivamente. Los problemas para conocer nuevas personas debido al estado de alarma y las posteriores limitaciones al ocio nocturno han provocado que incluso los más reacios se hayan animado a darles una oportunidad a estas herramientas que prometen ayudarnos a encontrar pareja desde la comodidad del hogar. Desde que la Covid llegó a nuestras vidas, aplicaciones como Tinder, Bumble o Badoo han multiplicado sus usuarios y deslizar perfiles ajenos se ha convertido en una rutina digital más para muchos, como podría ser consultar el correo electrónico o revisar las historias de Instagram. Sin embargo, esta explosión ha propiciado también una normalización de ciertas prácticas tóxicas, o como mínimo desconsideradas, que los recién llegados deberían conocer para aprender a lidiar con ellas de una forma sana. Como en la vida real, hacer 'match' (cuando dos usuarios se gustan mutuamente) tan solo es el principio.
Los Puertos en blanco
jueves, 30 de diciembre de 2021
LA NUEVA GENERACION DE PALABRAS EN INTERNET PARA CITAS
Gato por liebre 'Catfishing'
Si un perfil parece demasiado bueno para ser cierto quizá no lo sea. El '
catfishing' consiste en crearse una cuenta falsa con el objetivo de engañar,
estafar o abusar de alguien. Por suerte, cualquiera que lleve tiempo usando
internet ha desarrollado un sexto sentido para intuir cuándo una foto se ha
descargado de Google. Si esa extranjera guapísima que supuestamente lleva unos
meses viviendo con sus tíos en España te empieza a hablar de cómo se está
forrando minando criptomonedas, sal corriendo.
Vendehumos 'Kittenfishing'
Una variante del caso anterior son esas personas que, aunque son reales, se
muestran de forma engañosamente positiva con el objetivo de encandilarte. Como
es lógico, todos tratamos de mostrar nuestra mejor cara cuando estamos
interesados en conocer a alguien, la diferencia es que los que practican el
'kittenfishing' actúan como manipuladores emocionales, fingiendo una
personalidad que no se corresponde con la real. En ocasiones la farsa también
puede darse en las fotos, por ser de hace diez años o estar retocadas para
eliminar arrugas e imperfecciones. Afortunadamente las mentiras tienen las patas
muy cortas y suelen caer por su propio peso si mantenemos una actitud vigilante
y no pecamos de ingenuos.
De mayor quiero ser 'influencer' El 'instagramer'
Cada vez son más los aspirantes a ' influencers' que utilizan las aplicaciones
de citas para darle un empujón a su perfil en Instagram. Resulta fácil
reconocerlos. Lo primero que llama la atención es que sus imágenes recuerdan
sospechosamente a una sesión de fotos profesional, como sacadas de un 'book' de
modelos. Tampoco es que se molesten en disimular: en la descripción de su
biografía incluyen su usuario de Instagram y te animan a seguirles ahí porque
«responden antes» o porque «no suelen entrar demasiado a Tinder». No pierdas el
tiempo, lo más probable es que nunca te respondan o que, si lo hacen, solo te
ofrezcan una desganada conversión mínimamente exigible para no generar
antipatía. La realidad es que solo quieren hinchar sus cifras de seguidores y,
de paso, su ego.
Ahora me ves, ahora ya no 'Ghosting'
Tras unas primeras conversaciones prometedoras o, al menos, dentro de un clima
de cordialidad, la otra persona decide desaparecer sin mediar palabra. Puede que
simplemente deje de responder o que haya tomado medidas más drásticas, como
deshacer el 'match' o bloquearte, si es que habéis llegado a intercambiar los
teléfonos, sin ofrecer ninguna explicación. En algunos casos especialmente
retorcidos, el 'ghosting' se produce tras darte plantón en la primera cita. Si
después de una semana no te ha respondido, puedes ir haciéndote a la idea de que
ha decidido lanzar una bomba de humo y desaparecer de tu vida. Aunque puede
resultar un duro golpe para el autoestima, no te lo tomes como algo personal. En
las aplicaciones de citas es muy fácil conocer gente, pero resulta igual de
fácil abandonarlas sin remordimientos ni la más mínima repercusión social.
Un paso atrás 'Curving'
No todos los que no están interesados en iniciar una relación optan por el
'ghosting', algunos simplemente se distancian, sin llegar a desaparecer del
todo. Si observas que la otra persona se encuentra algo más esquiva, tarda en
responder más de lo habitual durante varios días o muestra señales evidentes de
desinterés, tiene todas las papeletas para ser un caso de 'curving'. No le
interesas, pero no quiere pasar el mal trago de rechazarte de forma directa y
prefiere que seas tú el que se canse y acabe tirando la toalla. ¿Esa persona
solo te da largas? Se está rifando un caso de 'curving' y tienes todas las
papeletas.
Marear la perdiz 'Breadcrumbing'
Como en el caso del 'curving', una persona que hace 'breadcrumbing' se muestra
recelosa y poco proactiva en la conversación. Como en el caso del 'curving',
sigue manteniendo el contacto, aunque sea con cierta desgana, la diferencia es
que en este caso se sugiere un posible paso hacia adelante que nunca llega.
Mientras que la persona que practica el 'curving' no suele hacerlo por malicia,
sino por cobardía o desinterés, el 'breadcrumbing' tiene una connotación más
perversa porque la otra persona sí alimenta activamente las esperanzas que pueda
tener su interlocutor, pero sin llegar a materializarlas. Lo que viene a ser
marear la perdiz, hablando en plata. Si se comporta de forma incongruente y
responde con ambigüedad ante la propuesta de planes, lo mejor que puedes hacer
es plantarte y pedirle que ponga las cartas sobre la mesa.
Chupar banquillo 'Benching'
Una variante del 'curving' o el 'breadcrumbing' es que te pongan a chupar
banquillo. En este caso la otra persona sigue manteniendo la comunicación y en
ocasiones da señales de interés, pero tampoco termina de materializar planes o
compromisos de forma definitiva. El matiz diferenciador es que, en este caso, se
hace con la intención de ganar tiempo y contar con un 'plan B' en caso de que
las cosas se tuerzan con una tercera persona que le interesa más. En este caso
no está todo perdido, pero probablemente no te convenga caer en las redes de una
persona tan calculadora e insensible.
El 'match' que se alzó de la tumba
Los zombies
Como en una película de terror, en el mundo de las aplicaciones de citas no
todos los muertos descansan eternamente. En ocasiones, después de semanas o
meses sin dar señales de vida, un viejo 'match' puede regresar desde el más allá
con la intención de retomar la comunicación, ya sea actuando como si no hubiera
ocurrido nada o justificándose con alguna excusa peregrina que huele a patraña
desde el minuto uno. Normalmente detrás de este comportamiento se encuentra una
ruptura con una tercera persona de la que nunca te habló. Si no te importa ser
su segundo plato y crees en las segundas oportunidades, adelante, pero no te
extrañes si la cosa acaba por no funcionar. A fin de cuentas, esa persona ya te
descartó en un primer lugar.
Ni lo intenta 'Obligaswiping'
Este término es una contracción de los anglicismos 'obligation' (obligación) y
'swiping' (deslizamiento) y se usa para describir a las personas que se dedican
a deslizar perfiles movidas por una sensación de obligación. Puede ser por
presión social, como esas chicas que acaban cediendo ante la insistencia de sus
amigas a las que les fue bien en Tinder, o por una rebuscada autoimposición,
para sentir que se está haciendo algo por salir de la soltería. Sea como sea,
estas personas están en estas aplicaciones 'por estar' y, aunque deslizan
perfiles y participan en conversaciones (de mala gana), no tienen un interés
real en salir con nadie ni ponen demasiado esfuerzo en conocer a otras personas.
Resulta fácil reconocerlas porque suelen recurrir a excusas vagas para no
quedar, como que nunca tienen tiempo, o porque responden tarde y con el mismo
entusiasmo que el que aguarda en la cola del banco para devolver un recibo. Si
la relación no fluye, no trates de forzar las cosas, no servirá de nada.
Complejo de entrenador de Pokémon Coleccionistas
Un fenómeno similar al 'obligaswiping' son los coleccionistas de 'matches'. Como
en ese caso, por lo general no están interesados en tener citas reales ni en
participar en conversaciones, sino que se limitan a amasar perfiles a los que se
les ha gustado por simple narcisismo. Estos usuarios parecen haberse vuelto
adictos a la descarga de dopamina que sienten cuando salta la notificación de
turno, pero no están realmente dispuestos a conocer a las personas detrás de
esos perfiles.
Pesca de arrastre 'Fishing'
Lo opuesto al 'obligaswiping' serían los usuarios que practican la pesca de
arrastre en las aplicaciones de citas. La estrategia de estas personas es
dispararle a todo lo que se mueve y decidir después. Son proactivos,
generalmente demasiado, y desde el primer contacto se muestran ansiosos por
calibrar sus opciones. Suelen recurrir al 'ghosting' o alguna de sus variantes
cuando ya tienen sobre la mesa varios planes de ataque y consideran que ha
llegado el momento de descartar los que les despiertan menos interés.
La ventana indiscreta 'Stalking'
Aunque lo vuestro está muerto y enterrado, si es que alguna vez hubo algo, la
otra persona sigue cotilleando tus historias de Instagram o estados de WhatsApp
desde las sombras. Se trata de una práctica inofensiva pero incómoda que puede
cortarse de raíz usando las opciones de bloquear y silenciar que ofrecen todas
las redes sociales. Por lo general estos molestos mirones ni siquiera se
enterarán, así que tampoco hay peligro de ofenderles.
Un 'airbag' humano 'Cushioning'
Esto, más que una táctica para ligar, es
una técnica de autoprotección. Una bastante retorcida y rastrera, todo sea
dicho. Consiste en usar las aplicaciones de citas para conocer a otras personas
mientras mantienes una relación o un rollo con mal pronóstico. A diferencia del
'benching', la intención no es disponer de una pareja potencial de reserva por
si falla el 'plan A', sino contar con alguien para usarlo como apoyo emocional
(de ahí el término 'cushioning': cojín en inglés) y amortiguar el golpe que
supondría una previsible ruptura con la primera persona.
Usar y tirar 'Roaching'
Este término se traduciría como 'cucaracha'. Como
te puedes imaginar ante semejante nombre, se trata de una de las prácticas más
despreciables de la lista. Consiste en hacer creer a la otra persona que se está
manteniendo una relación estable, cuando en realidad no se tiene ninguna
pretensión de tener nada serio. En algunos casos incluso se está saliendo con
más personas, lo que vendría a ser como practicar el poliamor pero sin acordarlo
previamente o incluso mintiendo acerca de la naturaleza de la relación. Recuerda
que es muy importante definir las cosas desde el principio.
domingo, 26 de diciembre de 2021
sábado, 23 de octubre de 2021
sábado, 22 de mayo de 2021
viernes, 16 de abril de 2021
TINTIN PARTE I
Tintín siempre fue uno de los cómic y posiblemente una de las obras literarias
más influyentes e importantes del siglo XX. Visto hoy es un fiel reflejo de
aquellos años y aspectos como el racismo, el machismo y el clasismo, pueden
llegar a ruborizar a más de uno, pero, no deja de ser un lienzo perfecto de la
sociedad de mitad del siglo XX. Pero lo que no ruboriza a nadie y sigue
funcionando a la perfección es su sentido de la aventura, el misterio y el
suspense y es que, Tintín es eso además de cultura y por supuesto un ejemplo
perfecto de lo que debe ser la narrativa infantil o juvenil.
Ahora Netflix estrena la serie emitida en los 90 y que mejor momento que este para poder
disfrutarla en familia y además recibir una información extra con este especial
Cinematte de hoy. Uno que recoge los mejor de la historia de Tintín
principalmente en su faceta de cine y televisión.
La serie de los 60: "Las aventuras de Tintín, después de Hergé" Las aventuras de Tintín, después de
Hergé, dirigida por Ray Goossens y producida por Belvision en la década de 1960
(1959-1964) es la primera adaptación real de dibujos animados de Las aventuras
de Tintín.
Reúne en siete series de episodios ocho historias de álbumes de
Tintin en una versión muy diferente de estos. Podemos notar que en esta versión
el profesor Tornasol no tiene problemas de audición y viste ropas amarillas y
marrones (en lugar de su habitual conjunto verde) y que los agentes Dupond y
Dupont (Hernández y Fernández) usan el mismo bigote (excepto en el episodio del
Objetivo lunar).
Rastapopoulos y el coronel Sponsz son los únicos ladrones
ausentes de estas aventuras, aunque el coronel Sponsz aparece en el caso
Sunflower con el nombre de Coronel Brutel, con un físico inalterado.
Origen En
1957, los estudios de Belvision hicieron una primera adaptación del trabajo de
Hergé. En coproducción con RTF, dos primeras películas están hechas en 16 mm en
blanco y negro, de los álbumes Cetro de Ottokar y L'Oreille cassée (La oreja
rota). Hergé no quiere involucrarse personalmente en este proyecto y delega
supervisión a Bob de Moor. Siguiendo el consejo del RTF, la realización se
confía a Anne-Marie Ullmann, quien tiene prohibido retocar los dibujos
proporcionados por Studios Hergé1.
Este veto dará como resultado una animación
laboriosa y caracteres fijos, y el resultado decepciona al RTF, que no renueva
su asociación.
El cetro de Ottokar da lugar a una serie de ocho episodios de
trece minutos, mientras que La oreja rota cuenta uno menos. Fueron
retransmitidos en la televisión francesa en el invierno de 1957 y en el verano
de 1959. Jean Nohain presta su voz al narrador y a todos los personajes
(incluido Castafiore). Un nuevo equipo Para mejorar la calidad de su producción,
los estudios de Belvision contratan a Yvan Szücs, bajo cuya dirección los
personajes ahora moverán sus labios1. Un nuevo director también participa, Ray
Goossens, que impondrá el uso de celuloide.
A principios de 1959, el productor
estadounidense Larry Harmon firmó un acuerdo con Belvision para adaptar el álbum
Objetivo: la luna. Con un guión de Charlie Shows, un primer piloto es dirigido
rápidamente por Paul Fennell, que adapta libremente el álbum4. Se prevé un
contrato, que compartiría la producción entre los estudios de Belvision y Los
Ángeles, pero finalmente se suspende, a pesar de que la realización de los
veinticinco episodios de cinco minutos de Objetivo: la luna ya está en marcha en
gran medida. Raymond Leblanc, jefe de Belvision, encuentra un nuevo socio en
Francia: Télé-Hachette. Ray Goossens dirigió los episodios, mientras que Charlie
Shows es responsable del ritmo y suspense. La colaboración con Charlie Shows es
complicada, debido a las libertades que tiene en sus escenarios, lo que
desagrada a Hergé. Sus relaciones también están tensas con Ray Goossens, que no
aprueba ciertas elecciones artísticas. Finalmente, los estudios de Belvision no
están acostumbrados a producir de manera masiva y aún no conocen los métodos de
trabajo estadounidenses, lo que se refleja en la calidad del producto final.
En
abril de 1961, Hergé y Raymond Leblanc decidieron contratar a Greg para
apaciguar la situación. El asunto Tornasol Después de 89 episodios de cinco
minutos, correspondientes a la adaptación de seis álbumes (Moon Lens, The Golden
Claw Crab, El secreto del unicornio, The Red Rackham Treasure, The Mysterious
Star, The Black Island) Télé-Hachette está insatisfecho con el resultado y
decide, en 1963, no renovar el contrato con Belvision. Sin embargo, Raymond
Leblanc decidió producir una nueva adaptación a pesar de todo, solo con
Belvision. Será The Sunflower Affair, en un guión de Greg y Bernard Fredisch, en
trece episodios de cinco minutos, episodios fusionados para la edición de DVD
para formar una película coherente.
La serie de los 90: 'Las Aventuras de Tintín' en Netflix Las Aventuras de Tintín es una serie de animación
franco-canadiense basada en Las Aventuras de Tintin, una serie de comics creada
por el dibujante belga Hergé. Comenzó a emitirse en 1991 en France 3 y consta de
3 temporadas y un total de 39 episodios de unos veinte minutos de duración. A
España llegó emitiéndose a través de Canal+ y actualmente podemos disfrutarla en
Netflix. Historia La serie de televisión fue dirigida por Stephen Bernasconi y
Peter Hudecki como ayudante de dirección, y producida por Ellipse (en Francia) y
por Nelvana (en Canadá) en nombre de la Fundación Hergé.
Se trata de la primera
adaptación de los álbumes de Hergé después de más de veinte años. La producción
contó con guionistas como Toby Mullally, Eric Rondeaux, Martin Brossolet, Amelie
Aubert, Denisse Fordham y Alex Boon. Producción Principalmente se utilizaron
técnicas de animación tradicionales.
Los libros se tuvieron en cuenta durante
todas las etapas de la producción, y algunas viñetas de los álbumes originales
se llevaron directamente a la pantalla. En los episodios Objetivo: la Luna y
Aterrizaje en la Luna se utilizó animación 3D para crear y animar el cohete
(también el cohete de la secuencia de título), un hecho poco habitual en 1989.
Cada fotograma de la animación se imprimió en celuloide y se pintó con gouache.
La serie se grabó en inglés, aunque los aspectos visuales (como carteles y
pósters) permanecieron en francés. Cambios respecto a los libros Algunas partes
de las historias plantearon dificultades para los productores, que tenían que
adaptar los libros para una audiencia mayoritariamente joven.
No obstante, la
serie es más fiel a los álbumes que su predecesora, Les aventures de Tintín,
d'après Hergé, creada entre 1959 y 1963. Se hicieron cambios por motivos de
simplificación o de audiencia.
Algunos de estos cambios incluyen reducir la
elevada cantidad de violencia, muerte y el uso de armas de fuego en muchas de
las aventuras.
El rol de Tintín fue ligeramente reducido, y éste regaña a su
perro Milú menos a menudo que en los libros. A lo largo de los libros, Milú es
visto frecuentemente "hablando", ya que se entiende que su voz es oída sólo a
través de la "cuarta pared".
Sin embargo, estos comentarios no se encuentran
presentes en la serie de televisión, excepto en una ocasión. Además, en dos
ocasiones durante la serie, Tintín ya conoce a algunos de los personajes, como a
Hernández y Fernández en Los cigarros del faraón, y a Piotr Pst en Stock de
Coque, cuando era la primera vez que se veían en los libros. Esto se explica
porque la cronología de los episodios de la serie de televisión es diferente.
El
alcoholismo del capitán Haddock también supuso un problema, aparte de por la
edad de la audiencia, porque esperaban vender la serie en países donde el
alcoholismo es un problema sensible. Aunque los libros originales no lo
promovían, lo mostraban muy a menudo, con mucho humor sobre los resultados de
beber alcohol. Por esto, Haddock es mostrado a menudo bebiendo, pero no tanto
como en los libros, y El cangrejo de las pinzas de oro es la única aventura en
la que su estado de embriaguez no es reducido.
Listado de episodios:
Ordenados por fecha de emisión:
Temporada 1
El cangrejo de las pinzas de oro (Parte 1) El
cangrejo de las pinzas de oro (Parte 2) El secreto del Unicornio (Parte 1) El
secreto del Unicornio (Parte 2) El tesoro de Rackham el Rojo Los cigarros del
faraón (Parte 1) Los cigarros del faraón (Parte 2) El Loto Azul (Parte 1) El
Loto Azul (Parte 2) La isla negra (Parte 1) La isla negra (Parte 2) El asunto
Tornasol (Parte 1) El asunto Tornasol (Parte 2)
Temporada 2
La estrella
misteriosa La oreja rota (Parte 1) La oreja rota (Parte 2) El cetro de Ottokar
(Parte 1) El cetro de Ottokar (Parte 2) Tintín en el Tíbet (Parte 1) Tintín en
el Tíbet (Parte 2) Tintín y los Pícaros (Parte 1) Tintín y los Pícaros (Parte 2)
Tintín en el país del oro negro (Parte 1) Tintín en el país del oro negro (Parte
2) Vuelo 714 para Sidney (Parte 1) Vuelo 714 para Sidney (Parte 2)
Temporada 3
Stock de Coque (Parte 1) Stock de Coque (Parte 2) Las 7 bolas de cristal (Parte
1) Las 7 bolas de cristal (Parte 2) El templo del Sol (Parte 1) El templo del
Sol (Parte 2) Las joyas de la Castafiore (Parte 1) Las joyas de la Castafiore
(Parte 2) Objetivo: La Luna (Parte 1) Objetivo: La Luna (Parte 2) Aterrizaje en
la Luna (Parte 1) Aterrizaje en la Luna (Parte 2) Tintín en América
La película
de 2011:
'Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio'
Spielberg ha
decidido devolvernos a Indiana Jones o, más bien, al que podemos considerar
padre putativo del héroe del látigo y el sombrero, nos referimos, claro está, a
Tintín. Con la película de Tintín la aventura ha vuelto de nuevo a nuestro
presente y lo hace como debe ser, lo hace siendo el Tintín que todos conocemos,
un personaje demasiado blanco y puro para nuestro tiempo, pero también demasiado
necesario para el mismo.
Por lo tanto el viejo Tintín está aquí o, mejor dicho,
el mundo y los personajes que lo rodean están aquí, porque este personaje
siempre ha sabido cuál es su papel en la función y, en esta ocasión, lo vuelve a
demostrar. 35 años después de su última aventura, el héroe belga por excelencia
está entre nosotros y lo ha hecho de la mejor forma posible. Los personajes de
cómics fueron siempre un simple trazo de papel, un contorno a lápiz lleno de
emociones, de matices y de historias que contar y, por lo tanto, qué mejor forma
de adaptarlo que respetando su espíritu de ente artificial. Nadie en el mundo
podrá ser Tintín, ningún actor conseguirá ursurpar sus ojos, su mirada o su
expresión.
Por eso Spielberg no ha tenido más remedio que esperar. 30 años ha
necesitado para encontrar la forma de transformar el mito de papel en un mito de
verdad y, después de ver a Milú, a Haddock o a los mismos Hernández y Fernández,
podemos asegurar que la espera ha merecido la pena. Gracias a este film el Mop
Cap (captura de movimiento) ha justificado para qué se ideó; si no encontrábamos
sentido a la técnica que dio a luz títulos como Polar Express, Beowulf o Un
Cuento de Navidad, ahora ya se lo encontramos.
Este sistema ha nacido para
devolver a la vida al carismático personaje que nos contó la historia del siglo
XX con una simple línea clara. En la adaptación narrativa el producto corre la
misma suerte que en su aspecto técnico. La decisión del propio Spielberg, de
Peter Jackson y de Edgar Wright ha sido la de no adaptar el primer volumen de
Tintín e, incluso, la de no adaptar ningún otro tomo de los 25 disponibles.
La
acertadísima decisión final ha sido la de hacer un compendio de los mejores
momentos de algunos álbumes de Tintín añadiendo como pirueta final 25 minutos
originales acordes con el espíritu tintiniano.
El libreto de El secreto del
Unicornio parte como base fundamental de la historia, pero el de El Cangrejo de
las Pinzas de Oro o, incluso, momentos de Rackhman el Rojo también están
presentes en el film.
Todo este conjunto unido a los minutos originales nos deja
una historia que desde su obertura inicial hasta su momento final nos tiene con
la boca abierta, tanto a nosotros como a nuestros pequeños y, por supuesto, a
todos aquellos mayores que decidan quitarse unas canas de encima y asistir a
esta enorme función.
Uno de los detalles más importantes a destacar era el temor
de que tanto Spielberg como Jackson, como Wright, no pudiesen o supiesen
mantener el estilo foráneo a ellos de la obra de Hergé, pero no ha sido así.
El
trío ha sabido respetar el primer código de la tradición del cómic franco-belga,
el cual nos dice que el héroe debe ser un prisma para el público pero, al mismo
tiempo, debe estar lo suficientemente retirado para permitir la existencia de
los protagonistas secundarios, con lo que Tintín deja de ser el héroe principal
de la función.
No estamos entonces, como se ha dicho en muchos medios, ante un
personaje principal falto de carisma, todo lo contrario, estamos ante un
personaje con el carisma suficiente para hacernos disfrutar de todo lo demás,
como un Capitán Haddock para el que no tenemos alabanzas suficientes para
describirlo, o ante unos Hernández y Fernández por los que parece no haber
pasado ni un solo minuto desde su última aparición.
De este modo y al igual que
en los cómics, Tintín no es el motor de la película, es el vehículo que nos guía
por los senderos de la trama y por las vidas de unos personajes como nuestro
amado capitán Haddock que, como ya ocurría en la obra original de Hergé, es la
auténtica atracción del espectáculo. Si sobre el guión y la adaptación solo
podemos deshacernos en alabanzas, sobre la dirección de Steven Spielberg nos
encontramos en la misma situación. Estamos ante un producto animado donde no hay
cámaras, físicamente hablando, y donde la planificación se desenvuelve por otros
caminos a los habituales pero, aún así, en ningún momento dejamos de ver la
mirada de Spielberg detrás de cada momento.
Cuando vemos la relación entre
Haddock y Tintín no podemos evitar recordar la que tuviesen Indiana Jones y su
padre en el tercer capítulo de la saga; cuando escuchamos las partituras y los
momentos en los que entran en acción, también recordamos momentos de la carrera
del director, y cuando oímos el sonido de las armas o el chasquido de los
puñetazos, no podemos dejar de soltar una sonrisa recordando, otra vez más, los
caricaturescos efectos sonoros de la famosa saga del aventurero por excelencia.
Por lo tanto, en la dirección del film vemos a ese primer Spielberg de los 80
pero, sobre todo, nos encontramos ante una pequeña montaña rusa que no veíamos
desde En Busca del Arca Perdida o, incluso, desde la escena inicial de La Última
Cruzada, en la cual un joven Indi recorría los techos de un tren en marcha,
entrando, saliendo y encontrando una sorpresa en cada uno de sus vagones, escena
que bien podría ser un resumen perfecto de lo que podemos encontrar en la hora y
media de Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio.
En definitiva, con
su aparente sencillez, no sólo de trazo, la obra original de Hergé fue y es el
resumen perfecto de un siglo, donde somos testigos de los régimes totalitarios,
de dictaduras militares sudamericanas aún vigentes, del tráfico ilegal de
esclavos, del de estupefacientes, de visitas a la luna, del negocio floreciente
del petróleo, del colonialismo y de miles más de detalles que nos hacen tener
una idea perfecta de qué ocurrió en nuestro pasado siglo XX.
Así que sólo falta
saber si las nuevas aventuras de Tintín serán también un reflejo de los nuevos
tiempos o simplemente un maravilloso entretenimiento. Desde luego, eso sólo el
tiempo lo dirá, pero haber conseguido lo segundo de la forma en la que lo hace
ya sobra para rendirnos ante este viejo nuevo mito animado. Ranking los mejores
cómic de Tintín
Aquí os dejamos una lista ordenada de los mejores cómics de
Tintín, catalogados de mejor a peor, aunque peor no hay ninguno, digamos de mejor
a menos bueno.
La lista es una opinión muy personal del equipo de Return, por lo
que tomaros nuestro ranking como una simple curiosidad.
La lista Destacaremos
como vencedor el número 13 de la colección, El Templo del Sol, publicado entre
el 26 de septiembre de 1946 y el 22 de abril de 1948. Continuamos con el número
2, El Asunto Tornasol que hace el volumen 17 de la colección y se publicó entre
el 22 de diciembre de 1954 y el 22 de febrero de 1956. En el tercer lugar de
nuestra lista aparece Las 7 Bolas de Cristal, álbum número 12 publicado en 1948,
aunque se había escrito años antes. A continuación, tenemos Tintín en el Tibet,
álbum número 19 publicado en 1960. Y por último queremos destacar el volumen que
ocupa el quinto lugar de nuestra lista El Secreto del Unicornio, las aventuras
publicadas en el álbum número 10 entre el 11 de junio de 1942 y el 14 de enero
de 1943.
domingo, 21 de marzo de 2021
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