Los Puertos en blanco

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Nevada 18 de Enero de 2017

jueves, 30 de diciembre de 2021

LA NUEVA GENERACION DE PALABRAS EN INTERNET PARA CITAS

Si bien las aplicaciones de citas llevan experimentando un espectacular crecimiento en los últimos años, con la llegada de la pandemia han explotado definitivamente. Los problemas para conocer nuevas personas debido al estado de alarma y las posteriores limitaciones al ocio nocturno han provocado que incluso los más reacios se hayan animado a darles una oportunidad a estas herramientas que prometen ayudarnos a encontrar pareja desde la comodidad del hogar. Desde que la Covid llegó a nuestras vidas, aplicaciones como Tinder, Bumble o Badoo han multiplicado sus usuarios y deslizar perfiles ajenos se ha convertido en una rutina digital más para muchos, como podría ser consultar el correo electrónico o revisar las historias de Instagram. Sin embargo, esta explosión ha propiciado también una normalización de ciertas prácticas tóxicas, o como mínimo desconsideradas, que los recién llegados deberían conocer para aprender a lidiar con ellas de una forma sana. Como en la vida real, hacer 'match' (cuando dos usuarios se gustan mutuamente) tan solo es el principio.


Gato por liebre 'Catfishing' 

Si un perfil parece demasiado bueno para ser cierto quizá no lo sea. El ' catfishing' consiste en crearse una cuenta falsa con el objetivo de engañar, estafar o abusar de alguien. Por suerte, cualquiera que lleve tiempo usando internet ha desarrollado un sexto sentido para intuir cuándo una foto se ha descargado de Google. Si esa extranjera guapísima que supuestamente lleva unos meses viviendo con sus tíos en España te empieza a hablar de cómo se está forrando minando criptomonedas, sal corriendo.

Vendehumos 'Kittenfishing' 

 Una variante del caso anterior son esas personas que, aunque son reales, se muestran de forma engañosamente positiva con el objetivo de encandilarte. Como es lógico, todos tratamos de mostrar nuestra mejor cara cuando estamos interesados en conocer a alguien, la diferencia es que los que practican el 'kittenfishing' actúan como manipuladores emocionales, fingiendo una personalidad que no se corresponde con la real. En ocasiones la farsa también puede darse en las fotos, por ser de hace diez años o estar retocadas para eliminar arrugas e imperfecciones. Afortunadamente las mentiras tienen las patas muy cortas y suelen caer por su propio peso si mantenemos una actitud vigilante y no pecamos de ingenuos. 

De mayor quiero ser 'influencer' El 'instagramer' 

Cada vez son más los aspirantes a ' influencers' que utilizan las aplicaciones de citas para darle un empujón a su perfil en Instagram. Resulta fácil reconocerlos. Lo primero que llama la atención es que sus imágenes recuerdan sospechosamente a una sesión de fotos profesional, como sacadas de un 'book' de modelos. Tampoco es que se molesten en disimular: en la descripción de su biografía incluyen su usuario de Instagram y te animan a seguirles ahí porque «responden antes» o porque «no suelen entrar demasiado a Tinder». No pierdas el tiempo, lo más probable es que nunca te respondan o que, si lo hacen, solo te ofrezcan una desganada conversión mínimamente exigible para no generar antipatía. La realidad es que solo quieren hinchar sus cifras de seguidores y, de paso, su ego.

Ahora me ves, ahora ya no 'Ghosting' 

 Tras unas primeras conversaciones prometedoras o, al menos, dentro de un clima de cordialidad, la otra persona decide desaparecer sin mediar palabra. Puede que simplemente deje de responder o que haya tomado medidas más drásticas, como deshacer el 'match' o bloquearte, si es que habéis llegado a intercambiar los teléfonos, sin ofrecer ninguna explicación. En algunos casos especialmente retorcidos, el 'ghosting' se produce tras darte plantón en la primera cita. Si después de una semana no te ha respondido, puedes ir haciéndote a la idea de que ha decidido lanzar una bomba de humo y desaparecer de tu vida. Aunque puede resultar un duro golpe para el autoestima, no te lo tomes como algo personal. En las aplicaciones de citas es muy fácil conocer gente, pero resulta igual de fácil abandonarlas sin remordimientos ni la más mínima repercusión social. 

Un paso atrás 'Curving' 

No todos los que no están interesados en iniciar una relación optan por el 'ghosting', algunos simplemente se distancian, sin llegar a desaparecer del todo. Si observas que la otra persona se encuentra algo más esquiva, tarda en responder más de lo habitual durante varios días o muestra señales evidentes de desinterés, tiene todas las papeletas para ser un caso de 'curving'. No le interesas, pero no quiere pasar el mal trago de rechazarte de forma directa y prefiere que seas tú el que se canse y acabe tirando la toalla. ¿Esa persona solo te da largas? Se está rifando un caso de 'curving' y tienes todas las papeletas. 

Marear la perdiz 'Breadcrumbing' 

Como en el caso del 'curving', una persona que hace 'breadcrumbing' se muestra recelosa y poco proactiva en la conversación. Como en el caso del 'curving', sigue manteniendo el contacto, aunque sea con cierta desgana, la diferencia es que en este caso se sugiere un posible paso hacia adelante que nunca llega. Mientras que la persona que practica el 'curving' no suele hacerlo por malicia, sino por cobardía o desinterés, el 'breadcrumbing' tiene una connotación más perversa porque la otra persona sí alimenta activamente las esperanzas que pueda tener su interlocutor, pero sin llegar a materializarlas. Lo que viene a ser marear la perdiz, hablando en plata. Si se comporta de forma incongruente y responde con ambigüedad ante la propuesta de planes, lo mejor que puedes hacer es plantarte y pedirle que ponga las cartas sobre la mesa.

Chupar banquillo 'Benching' 

Una variante del 'curving' o el 'breadcrumbing' es que te pongan a chupar banquillo. En este caso la otra persona sigue manteniendo la comunicación y en ocasiones da señales de interés, pero tampoco termina de materializar planes o compromisos de forma definitiva. El matiz diferenciador es que, en este caso, se hace con la intención de ganar tiempo y contar con un 'plan B' en caso de que las cosas se tuerzan con una tercera persona que le interesa más. En este caso no está todo perdido, pero probablemente no te convenga caer en las redes de una persona tan calculadora e insensible. 

El 'match' que se alzó de la tumba 

Los zombies Como en una película de terror, en el mundo de las aplicaciones de citas no todos los muertos descansan eternamente. En ocasiones, después de semanas o meses sin dar señales de vida, un viejo 'match' puede regresar desde el más allá con la intención de retomar la comunicación, ya sea actuando como si no hubiera ocurrido nada o justificándose con alguna excusa peregrina que huele a patraña desde el minuto uno. Normalmente detrás de este comportamiento se encuentra una ruptura con una tercera persona de la que nunca te habló. Si no te importa ser su segundo plato y crees en las segundas oportunidades, adelante, pero no te extrañes si la cosa acaba por no funcionar. A fin de cuentas, esa persona ya te descartó en un primer lugar.

Ni lo intenta 'Obligaswiping' 

Este término es una contracción de los anglicismos 'obligation' (obligación) y 'swiping' (deslizamiento) y se usa para describir a las personas que se dedican a deslizar perfiles movidas por una sensación de obligación. Puede ser por presión social, como esas chicas que acaban cediendo ante la insistencia de sus amigas a las que les fue bien en Tinder, o por una rebuscada autoimposición, para sentir que se está haciendo algo por salir de la soltería. Sea como sea, estas personas están en estas aplicaciones 'por estar' y, aunque deslizan perfiles y participan en conversaciones (de mala gana), no tienen un interés real en salir con nadie ni ponen demasiado esfuerzo en conocer a otras personas. Resulta fácil reconocerlas porque suelen recurrir a excusas vagas para no quedar, como que nunca tienen tiempo, o porque responden tarde y con el mismo entusiasmo que el que aguarda en la cola del banco para devolver un recibo. Si la relación no fluye, no trates de forzar las cosas, no servirá de nada. 

Complejo de entrenador de Pokémon Coleccionistas 

 Un fenómeno similar al 'obligaswiping' son los coleccionistas de 'matches'. Como en ese caso, por lo general no están interesados en tener citas reales ni en participar en conversaciones, sino que se limitan a amasar perfiles a los que se les ha gustado por simple narcisismo. Estos usuarios parecen haberse vuelto adictos a la descarga de dopamina que sienten cuando salta la notificación de turno, pero no están realmente dispuestos a conocer a las personas detrás de esos perfiles. 

Pesca de arrastre 'Fishing' 

 Lo opuesto al 'obligaswiping' serían los usuarios que practican la pesca de arrastre en las aplicaciones de citas. La estrategia de estas personas es dispararle a todo lo que se mueve y decidir después. Son proactivos, generalmente demasiado, y desde el primer contacto se muestran ansiosos por calibrar sus opciones. Suelen recurrir al 'ghosting' o alguna de sus variantes cuando ya tienen sobre la mesa varios planes de ataque y consideran que ha llegado el momento de descartar los que les despiertan menos interés. 

La ventana indiscreta 'Stalking' 

 Aunque lo vuestro está muerto y enterrado, si es que alguna vez hubo algo, la otra persona sigue cotilleando tus historias de Instagram o estados de WhatsApp desde las sombras. Se trata de una práctica inofensiva pero incómoda que puede cortarse de raíz usando las opciones de bloquear y silenciar que ofrecen todas las redes sociales. Por lo general estos molestos mirones ni siquiera se enterarán, así que tampoco hay peligro de ofenderles. 

Un 'airbag' humano 'Cushioning

Esto, más que una táctica para ligar, es una técnica de autoprotección. Una bastante retorcida y rastrera, todo sea dicho. Consiste en usar las aplicaciones de citas para conocer a otras personas mientras mantienes una relación o un rollo con mal pronóstico. A diferencia del 'benching', la intención no es disponer de una pareja potencial de reserva por si falla el 'plan A', sino contar con alguien para usarlo como apoyo emocional (de ahí el término 'cushioning': cojín en inglés) y amortiguar el golpe que supondría una previsible ruptura con la primera persona. 

Usar y tirar 'Roaching

Este término se traduciría como 'cucaracha'. Como te puedes imaginar ante semejante nombre, se trata de una de las prácticas más despreciables de la lista. Consiste en hacer creer a la otra persona que se está manteniendo una relación estable, cuando en realidad no se tiene ninguna pretensión de tener nada serio. En algunos casos incluso se está saliendo con más personas, lo que vendría a ser como practicar el poliamor pero sin acordarlo previamente o incluso mintiendo acerca de la naturaleza de la relación. Recuerda que es muy importante definir las cosas desde el principio.