Los Puertos en blanco

Los Puertos en blanco
Nevada 18 de Enero de 2017

lunes, 7 de octubre de 2013

La Generalitat de Cataluña fabrica su 'reino' reiventando la historia de España ABORREGAMIENTO DOCTRINAL


Cataluña, escuela, economia, boicot y campañas.
ER

Afirma que adquirió la 'soberanía' de Aragón y que sus dominios incluyeron Sicilia y Cerdeña

La Generalitat de Cataluña fabrica su 'reino' reiventando la historia de España

Su web dice que Cataluña era un país europeo cuando Colón descubrió América


Cataluña fue un reino, la Casa de Barcelona se anexionó Aragón en 1137, y el "rey de Cataluña" Jaime I el Conquistador creó los 'Países Catalanes'.
Como detalla magistralmente Roberto Pérez en 'ABC' este 7 de octubre de 2013, son algunas de las perlas que salpican el particular relato de la historia que difunde la Generalitat de forma oficial a través de su portal de internet, tanto con textos como con diversos vídeos.
En su afán por hacer valer un pretendido carácter histórico de «nación» y de «estado» catalán, la web de la Generalitat se explaya en un relato en el que vapulea la realidad y llega a afirmar que adquirió la soberanía del Reino de Aragón en 1137.
Una suerte de supuesta «anexión» -en los rótulos de uno de sus vídeos utiliza expresamente este término- que choca con la verdad histórica y con lo que reflejan los archivos regios de la Edad Media, en los que nunca aparece Cataluña como reino, sino únicamente como Condado de Barcelona.
En 1137, el rey Ramiro II de Aragón pactó el matrimonio de su hija Petronela con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Ramiro II no otorgó el título de rey al catalán, sino únicamente le reconoció el de Príncipe, por la vía de este matrimonio.
Petronela queda como única titular del Reino, y en documentos oficiales librados por ella se refiere a su marido exclusivamente como Conde de Barcelona. Casi un siglo después, el rey Jaime I se expresa oficialmente como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel».
Desde el matrimonio entre la reina Petronila y el conde Ramón Berenguer IV, Cataluña quedó como un territorio más de la Corona de Aragón.
Sin embargo, la web de la Generalitat llega a asegurar que «en 1137, el rey Ramiro II de Aragón cedió la soberanía de su reino y la mano de su hija, Petronela, al conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV».
Nada que ver con el auténtico pacto matrimonial.
Para eludir el hecho de que las tierras catalanas eran en realidad parte de la Corona de Aragón, la web de la Generalitat acuña otro término: «confederación catalano-aragonesa», que gusta alternar con otra invención nacionalista, la «Corona catalano-aragonesa».
La realidad es que jamás existieron tales.
Imperio mediterráneo
Pero eso le permite hilar el discurso para, en otra parte de esa historia difundida por la Generalitat, presentar al rey de Aragón Jaime I como «rey Jaime I de Cataluña».
En otra sección de la misma web oficial se muestra un vídeo, elaborado por el propio Gobierno catalán, en el que se habla de «La expansión del Casal de Barcelona por el Mediterráneo».
En él se elogia a Jaime I El Conquistador, pero en ningún momento se le cita como rey de Aragón. La omisión ayuda a dejar el poso -falso- de que se trataba de un rey catalán y de que Cataluña era reino.
En el mismo vídeo se llega a afirmar que «Jaime I es un monarca muy importante para la historia de Cataluña», porque «conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes».
A renglón seguido asegura que, con él, «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el Mediterráneo», que «tras Mallorca y Valencia llega Sicilia», y que años después se incorporarían a esos «dominios de Cataluña» Cerdeña y Nápoles.
La realidad histórica es que nunca existió un reino de Cataluña. Ese territorio se unió al Reino de Aragón como Condado de Barcelona, y esa fue la condición que tuvo en todo momento dentro de la Corona de Aragón. Desde entonces -y nunca varió la fórmula-, el monarca tenía los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona.
Es clarificador el propio pacto entre el rey aragonés Ramiro II y el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Cuando Ramiro II dispuso unir en matrimonio a su hija Petronila con el conde de Barcelona, dictó una declaración en 1137 en la que, lejos de «ceder la soberanía» de Aragón a Cataluña -como afirma la web de la Generalitat-, el rey aragonés dejó claro cómo se hacía esa unión:
«Yo seré Rey, señor y padre en el citado reino y en todos los condados hasta que me plazca».
1. Jaime I creó los «países catalanes»
  • Lo que dice la web
    «Jaime I es un monarca muy importante para la historia de Cataluña», relata un vídeo oficial de la Generalitat colgado en su web institucional. «Conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes». Eludiendo por completo a la Corona de Aragón, a la que pertenecían los territorios de la actual Cataluña, el mismo montaje asegura que «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el mediterráneo». Incluye como tales a Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña y Nápoles. La web de la Generalitat gusta en pregonar términos de nuevo cuño como «Confederación catalano-aragonesa» o «Corona catalano-aragonesa».
  • La realidad
    El rey Jaime I era el titular de la Corona de Aragón, y Cataluña nunca tuvo dominios en el Mediterráneo porque no tuvo entidad regia diferenciada. No pasó de ser uno de los territorios que quedaron incorporados al Reino de Aragón como consecuencia de la expansión de éste a lo largo de la historia. Fue la Corona de Aragón la que fue extendiendo sus dominios por la Península y el Mediterráneo, primero con el rey Jaime I y luego con sus descendientes, que mantuvieron siempre la misma condición de reyes de la Corona de Aragón. Jamás existieron los «Países Catalanes» ni la «Confederación catalano-aragonesa» o la «Corona catalano-aragonesa», términos acuñados por el nacionalismo catalán a los que la Generalitat recurre con frecuencia en su particular relato histórico. Los dominios del Mediterráneo lo fueron exclusivamente de la Corona de Aragón, no como los presenta la Generalitat: una pretendida posesión del «Casal de Barcelona».
2. Cataluña como «reino»
  • Lo que dice la web
    El linaje Wifredo el Velloso (siglo IX) fue «el embrión de la Corona de Aragón, al unir su destino al reino aragonés en virtud de los problemas dinásticos que sufría esta monarquía». «Ramón Berenguer I, conde de Barcelona, es prácticamente rey de Cataluña; su poder sobre el resto de condados no hace sino aumentar». «A partir de Ramón Berenguer IV, los condes de Barcelona también serán reyes de Aragón», fruto de una supuesta «anexión» del Reino de Aragón al «reino» de Cataluña. Y Jaime I (siglo XIII) fue «rey de Cataluña y Aragón».
  • La realidad
    En el siglo IX el norte de Cataluña era un territorio dividido en condados. El linaje de Wifredo el Velloso nunca fue «embrión» alguno de la Corona de Aragón, sino una línea hereditaria de dominios condales. Así se llega al conde Ramón Berenguer IV, que incorporó esos territorios condales al dominio del Reino de Aragón cuando el rey aragonés Ramiro II casó a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV. El pacto matrimonial fue nítido al respecto. Y los documentos reales posteriores así lo destacan también. El Reino de Aragón se anexionó por la vía del matrimonio el Condado de Barcelona y configuró la Corona de Aragón, y no al revés -la Generalitat sostiene la falsa e imaginativa tesis de que la anexión fue a la inversa, que un condado, el de Barcelona, se anexionó un reino, el de Aragón-.
    Por ejemplo, ante el nacimiento del hijo de Petronela y Ramón Berenguer IV, la reina firma un documento en el que deja claro que ella es la titular del reino, no su marido, al que se refiere exclusivamente como «Conde de los barceloneses». La web de la Generalitat se refiere a Jaime I como «rey de Cataluña y Aragón» tratando de equiparar la condición histórica del Reino de Aragón a un supuesto reino de Cataluña que jamás existió. El propio Jaime I -y fue norma extendida por todos los monarcas de la Corona de Aragón- se expresó en todo momento como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel».
3. el «estado» catalán
  • Lo que dice la web
    Sobre la etapa de la Guerra de Sucesión (1701-1713) se afirma que «la apuesta de Cataluña en favor de Carlos de Austria y contra Felipe V, en el conflicto sucesorio por la corona española, supuso la pérdida de todos los derechos y de las instituciones de gobierno que tenía como estado, dentro de la monarquía hispánica».
  • La realidad
    Cataluña no tuvo nunca la consideración real de «Estado». No pasó de ser uno más de los dominios de la histórica Corona de Aragón. Los nacionalistas presentan la Guerra de Sucesión y los posteriores Decretos de Nueva Planta de Felipe V como un episodio de represión sufrido por el «país». La realidad es que Cataluña no fue un «Estado dentro de la Monarquía Hispánica», como apunta la web.
4. en el nuevo mundo
  • Lo que dice la web
    La Generalitat afirma que «Cataluña, como otros países europeos», operaba comercialmente con América desde Sevilla y Cádiz porque «el Nuevo Mundo, por orden de Isabel la Católica, se incorporó en exclusiva al Reino de Castilla».
  • La realidad
    Ni antes, ni durante ni después del reinado de los Reyes Católicos Cataluña tuvo la consideración de «país europeo» ni, por tanto, operó como tal en el comercio con América. Cataluña era una parte más de la histórica Corona de Aragón.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Motivos para rechazar productos catalanes y hacer una compra selectiva y solidaria

Motivos para rechazar productos catalanes y hacer una compra selectiva y solidaria



Motivos para rechazar productos catalanes y hacer una compra selectiva y solidaria
La Generalitat de Cataluña provoca nuevamente a los españoles y les incita para que rechacen los productos catalanes, realizando una campaña de consumo responsable y compra selectiva, al publicar unas normas que reprimen el uso del idioma español por parte de los inmigrantes que viven en Cataluña. Se trata de una nueva violación de los derechos constitucionales, perpetrada con la complicidad de los socialistas, que indigna a los demócratas.

Existe un foro para promover el consumo responsable en el que aparecen detallados algunos motivos que pretenden justificar el boicot a los productos catalanes. Son 11 motivos y, por sugerencia de un lector de Voto en Blanco, los reproduzco para estimular la reflexión y el debate:

1- Ya dijo Maragall, cuando era presidente de los catalanes, que “Cataluña estaba cansada de ser solidaria”. Pues nada… con la compra selectiva, comprando productos de empresas de las regiones que ahora necesitan “solidaridad”, intento colaborar en que éstas crezcan, creen empleo… y así la gente de esas regiones no necesitarán la “solidaridad” de nadie, ni tendrán necesidad de emigrar a otra CCAA (recordemos que ahora, al no saber catalán… prácticamente tienen las puertas bastante cerradas en Cataluña…). Veamos por el ejemplo el cava extremeño: en cuatro años ha pasado de fabricar y envasar a mano 30.000 botellas al año, a más de 300.000. Es evidente que más que probablemente hayan tenido que contratar a más gente para incrementar la producción y envasado… Además, es probable que este boom atraiga inversores que decidan invertir en empresas de espumosos de esa región, con la consiguiente creación de empleo. Conclusión, Cataluña ya no tendrá que ser solidaria con nadie… porque las regiones pobres ya no lo necesitarán, Fin del problema “maragalliano”.

2- Alegan los nacionalistas catalanes un déficit fiscal de unos 10.000 millones de euros. Pero lo que no dicen es que gran parte de ese dinero no es más que el retorno del IVA recaudado procedente del resto de España, ni del Impuesto de Sociedades por unos beneficios generados en el resto de España. Por eso no piden tener aduanas fiscales, pese a que, según ellos, son OTRA nación… En el 2004, Cataluña recaudó 8072 millones de euros en IVA, cerca del 26% del total nacional… (Andalucia en cambio, con 1 millón más de habitantes sólo recaudó 1630 M. €), como el 30% se lo quedaba ella… tuvo que devolver al Estado el otro 70%, es decir 5650 millones de €. La mitad de su déficit fiscal… ya se ve que no es más que una simple devolución del dinero en IVAs del resto de españoles. Eso sin contar con los demás impuestos nacionales como I. de Sociedades… Ahora, se quedarán el 50%. Eso significa que el 50% del IVA que pago y del I. Sociedades que genero se va a Cataluña y se gastará allí, sin que a mi me repercuta en nada, pese a ser yo el que lo pagó y generó. ¿Es eso justo?. ¿Y encima tengo que aguantar que los dirigentes catalanes disfracen como caridad el otro 50% de MI dinero cuando nos lo devuelvan?. Pues no.

Y como no quiero que así sea… pues estoy obligado a no comprar nada con sede social en Cataluña. Además, así consigo reducir “el déficit fiscal”: cuanto menos IVAS recauden… menos tendrán que devolver al Estado, y por tanto menor será su déficit fiscal. Y así el IVA que pago repercute totalmente, y no parcialmente, a mi país: España (Cataluña ha dejado de ser parte de mi país tras el estatuto).

3- Piden los nacionalistas catalanes LA INDEPENDENCIA de España. El 70% de lo que fabrican lo venden en el resto de España (y luego nos llaman opresores e insultan). Hay un déficit en la balanza comercial entre Cataluña (15% territorio y población) y el resto de España (85%) de más de 20.000 millones de €. Estos datos evidencian la enorme dependencia de la economía catalana con respecto a la española. Pues nada, si quieren ser independientes, entonces al dejar de comprarles sus productos, ayudo a que NO DEPENDAN de mi dinero. Por tanto, les estoy dando algo más de independencia. Es lo que piden…

4- Dice la Disposición adicional sexta del estatuto catalán:

“La inversión del Estado en Cataluña en infraestructuras, excluido el Fondo de Compensación Interterritorial, se equiparará a la participación relativa del producto interior bruto de Cataluña con relación al PIB del Estado para un período de 7 años. Dichas inversiones podrán también utilizarse para la liberación de peajes o construcción de autovías alternativas."

¿Qué significa eso?. Pues que cuando la gente del resto de España compra algo catalán, está ayudando a incrementar el PIB catalán, y por tanto el % de inversiones que recibirá ésta. Y está claro que lo que reciba Cataluña… dejará de recibirlo el resto de España. Por tanto, al comprar algo catalán… me estoy perjudicando a mi mismo en forma de menores inversiones. Es evidente pues que no voy a permitir que mi propio dinero me acabe perjudicando…

5- La compra selectiva también es para que los ciudadanos catalanes oigan nuestra disconformidad no sólo con el estatuto en sí, (que convierte a España en una colonia catalana: España es residual en Cataluña... pero Cataluña tiene voz, voto y veto en muchas decisiones del Estado ), y con las políticas de sus dirigentes, sino también con el no haber podido votar algo que nos afectaba a todos los españoles, y además gravemente.

6- Para apoyar la economía española. Antes prefería comprar un cava catalán a un champagne francés… y no oía a los franceses decirme que tenía francofobia. Como ahora Cataluña “is not Spain”, pues le va a pasar lo mismo que al champagne francés… que será sustituido por un cava español, ya sea de Valencia o de Extremadura. Si Cataluña no es española para muchas cosas... para esto, por coherencia, tampoco lo es.

7- Eso de que los productos del resto de España son de calidad inferior a los catalanes… es muy discutible. Por ejemplo… tanto que hablan del cava catalán… y el cava más premiado por los expertos es uno de Valencia. Pero aún siendo cierto eso que dices (en algunos casos podrá ser que sí…) un incremento de ventas gracias a la compra selectiva hará que las empresas del resto de España tengan más recursos y puedan invertir en mejorar la calidad de lo que fabrican.

8- Gracias a la compra selectiva, muchos productos catalanes han bajado su precio o incluido “ofertas”. Si no recuerdo mal… el cava catalán la navidad pasada en los supermercados estaba entre medio y un euro más barato que el anterior. Gracias a la compra selectiva, han tenido más competencia de productos del resto de España, y se han visto obligados a bajar el precio, algo de lo que muchos se habrán beneficiado sin duda (los que no hacen compra selectiva).

9- Relacionado con el nº 8… gracias a la compra selectiva las cadenas de distribución están teniendo que ofrecer alternativas no catalanas a los productos que antes monopolizaban los catalanes, destinando a éstos metros lineales de estanterías a los que antes no podían o tenían la capacidad de optar. Por tanto, el consumidor tiene más para elegir. Hay más “pluralidad” de productos jejejejej

10- No quiero ni debo dejar de mencionar el que desde la propia Cataluña, y desde hace tiempo, se hace algo muy similar. Incluso financiado con dinero público… Ni dejar de recordar que los que ahora más se quejan… fueron los que más fomentaron el boicot a Leche Pascual hace unos pocos años. Entonces… los muy hipócritas lo llamaban “la fuerza del consumidor”…

11- Gracias a la compra selectiva, evitaremos que la gente de las regiones pobres se vea obligada a irse a otras zonas más industrializadas o con turismo, ya que éste crea mucho trabajo. Por tanto, la compra selectiva ayudará a evitar la concentración de la población en unas zonas concretas y el abandono y la despoblación del resto. Lo cual también ayudará a contener los precios en las regiones "ricas", inclusive el de las viviendas.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Izquierdoso

Izquierdoso


Mi abuelo, Arsenio Martínez, era de izquierdas, en el 36 era Presidente de Acción Republicana en mi localidad, Salas de los Infantes, sus huesos fueron a parar a la cárcel, afortunadamente no a una fosa. Fiel a sus ideales, ayudó en malos momentos a los que más lo necesitaban. No sé si en aquellos momentos había también izquierdosos, ya no me lo puede confirmar.
Si de Economía se trata, un izquierdoso critica el sistema capitalista, pero tiene acciones en la Bolsa, afirma que dicho sistema valora más el dinero que las personas, pero por escalar deja en la cuneta a sus mejores amigos. Se pasa el día reprochando la despoblación rural, pero sus primeros ahorros los invierte en un piso de 4ª mano en la capital, un chollo según él, para alquilar a estudiantes, porque uno de la Entidad bancaria en la que trabaja así se lo ha aconsejado. Propone soluciones a la economía nacional e internacional con la misma ligereza que hace la lista de la compra en el supermercado, sin tener arreglada tan siquiera la de su casa. Tiene por coche un pequeño deportivo descapotable, para sentir a pelo suelto esa libertad que los demás se empeñan en quitarle, o de segundo coche una furgoneta estilo hippy para irse de vacaciones. Izquierdoso.

En cuestiones de Cultura, frecuenta y se junta con presuntos intelectuales, pero no se acuerda cuándo es la última vez que ha leído un libro. Para reafirmar su condición de intelectual viste un atuendo que cree de acuerdo a su clase, y afirma que la derecha está acomplejada con nuestro alto nivel cultural. Sale a tomar un vermut vestido de Coronel Tapioca como si viniera de la alta montaña, pero acaba de salir de casa. No se cansa de decir que la sociedad está aborregada, el rebaño que él frecuenta no cuenta, claro. Acude a exposiciones de pintura para después contar las sensaciones indescriptibles que ha sentido con colores, formas y texturas, pero no profundiza más porque la caga. Hace alarde de conocimientos al relatar las anécdotas vitales -eso sí, muy graciosas-, de un archiconocido literato, plasmadas en un artículo resumido de un semanal, pero no ha leído una obra suya en su vida. Cita a Machado aunque no entre ni con calzador en el tema en cuestión; si de música se trata, saca siempre a relucir a Sabina para terminar con acento castizo con un "ejqueee... el Sabinaaa....". Si le preguntas, Marx es ruso, y Paco Ibáñez, espera un poco que lo pienso, ¡ah, sí, el de Mortadelo y Filemón! Tiene en mucha estima sus buenos modales, educación y saber estar, mas considera lícito recurrir al insulto y saltarse las normas en una manifestación, y si un escrache perturba a menores de edad hijos de la afectada, responde: que se jodan. Izquierdoso.
En Política, si en un momento dado un conocido suyo reconoce su condición de derechas, no se corta un pelo y le espeta: "pues no pensaba que tú eras así". Como el tema de conversación trate la Guerra del 36, aunque condenes el alzamiento militar, si se te ocurre mencionar los errores que cometió la República, entonces eres un fascista. En cuestiones religiosas, según él los curas tenían que barrer 8 horas diarias para ganarse el sueldo, el Papa recién elegido es un incompetente y en voz bajita te reconoce que él es ateo "protestante", mientras esboza una sonrisa cómplice por si no lo has cogido. Hace gala de su buen paladar acudiendo a un restaurante de novedosas recetas, se mete entre pecho y espalda una botellita de Reserva, y en la sobremesa critica a los burgueses de derechas y se sorprende de lo solicitados que están los comedores de Cáritas. Presume de su presunta condición de izquierdas y afirma contundentemente que a uno de derechas le da vergüenza reconocer sus ideas y que ha votado al PP. Si en su devenir por este injusto mundo se cruza con una pareja de la Benemérita, en vez de sentir la sensación de protección, de su boca sale un insulto; si por la carretera adelanta un vehículo militar, suelta otro. Si en tu vehículo pones una pegatina con los colores de la bandera nacional, en público te pregunta si eres un facha, para afirmar después con total seguridad que ves Intereconomía; ni se te ocurra preguntar entonces qué prensa lee: coartas su libertad de información, algo sagrado, y de nuevo eres un fascista. Izquierdoso.
En cuestiones de Sociedad, es un ecologista empedernido, defiende a ultranza las ballenas del Mar del Norte, pero no duda si de joder al vecino del 5º se trata. La caza no es un deporte, es un asesinato, al día siguiente te pregunta si te sobra un poco de jabalí, porque con patatas está cojonudo. A los animales hay que dejarlos tranquilos en el monte, si con su coche atropella un corzo entonces no puede ser, hay que matarlos a todos o tenerlos en un redil. Es un defensor a ultranza de la libertad de expresión, pero si lee este artículo considera que debería estar prohibido. Se toma un vinito denominación de origen en copa alta, y lo saborea como en una cata, sintiéndose superior a los demás, aunque no lo sea, mientras pregunta a sus correligionarios cómo pueden beber los de al lado, que son los que le votan, ese chato de 50 céntimos. Izquierdoso.
Y qué decir de Trabajo, desde su puesto de funcionario defiende a ultranza la enseñanza pública y acude a su trabajo con una camiseta verde y un llamativo eslogan, pero se coge un viernes como pilar para alargar un puente sin pensar en el desvarío que provoca y sin ser consciente de que la mejor forma de defender su empleo público es trabajar con profesionalidad. Un día de huelga general lo toma como juerga general y lo pasa jamando y bebiendo en el merendero de un amigo. Si es nombrado representante sindical, ante sus compañeros se jacta de sus duro carácter negociador, en las reuniones repta y desgasta su lengua lamiendo. En un acto público es el primero en salir a coger el micrófono, también es el primero en salir si hay que recoger. Es un defensor de la clase obrera, pero el día que llega a encargado, la propia clase obrera se echa las manos a la cabeza, pero ya es tarde. Critica la alta tasa de paro y el contrato precario, pero los fines de semana de forma ilegal mete horas en el restaurante de su hermana porque para algo está la familia. Izquierdoso.
Ojalá fueras de izquierdas, como mi abuelo, pero no: eres izquierdoso.
Ángel Martínez Ibáñez

miércoles, 15 de mayo de 2013

VINOS MEDICINALES: 9.000 AÑOS DE HISTORIA Recordando aquellas 'quinas'

Historia del Vino

VINOS MEDICINALES: 9.000 AÑOS DE HISTORIA
Recordando aquellas 'quinas'
GLORIA CASARES
EFE
Los vinos medicinales han sido muy importantes a lo largo de la historia, ya que siempre han estado ahí para dar vigor y fuerza al ser humano en sus momentos bajos, y en la España del desarrollismo llegaron a ser muy populares los de quina. En una entrevista concedida a Efe, la doctora del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad Complutense de Madrid, María López González, ha explicado que la Coca-Cola procede de la fórmula de un vino medicinal de coca francés fabricado en 1867. Los vinos de coca, que se hacían mediante la maceración de las hojas de coca, son, junto con los de quina y los antidiabéticos, los tres tipos de vinos medicinales que ha habido desde que fueron creados en la antigua Persia, en el año 7000 antes de Cristo.

López González, que ha ofrecido esta semana una conferencia sobre la historia de los vinos medicinales en las XXXV Jornadas de Viticultura y Enología de Tierra de Barros, organizadas por el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo (Badajoz), ha comentado que en su origen fueron conocidos con el nombre de "el remedio del rey".

Casi todos ellos tenían las mismas propiedades, eran tónicos que reforzaban a las personas, puesto que producían una estimulación en los consumidores, "eran reconstituyentes, antianémicos, daban vigor y fuerza", ha comentado.

A raíz de un estudio sobre estos vinos medicinales, elaborado por el citado departamento de la Complutense, esta doctora ha considerado que han tenido una importancia crucial a lo largo de la historia.

A partir de 1954 desaparecieron de la farmacopea española, aunque se siguieron vendiendo hasta los años 70, ha precisado a Efe. Uno de los últimos vinos medicinales que se permitió elaborar en España fue uno "muy llamativo, que contenía uranio", ya que en 1967 la Comisión Nacional de la Energía seguía suministrando uranio a sus fabricantes para su elaboración.

Sin embargo, el más conocido en España fue el vino de quina Santa Catalina y el San Clemente, que vivieron su auge en los años 50 y 60 y que aún recuerdan muchos mayores. Ambos nacieron tras el "boom" de los vinos medicinales a finales del siglo XIX en todo el mundo y que "eran muy famosos" en los Estados Unidos y Francia.

El fenómeno se importó a España, que enseguida vio "la gallina de los huevos de oro" y pronto comenzó a exportarlos, tras elaborarlos en pequeños laboratorios que se construyeron al lado de las bodegas.

Aunque su origen se sitúa en la Antigua Persia, su primer testimonio documentado data del año 3.200 antes de Cristo. Fue en Egipto, en una vasija de la momia de Horus Escorpión I en la que con análisis biomoleculares se determinó la presencia de sustancias medicinales activas.

miércoles, 17 de abril de 2013

Bodegas Ysios demanda a Calatrava

Pide al arquitecto valenciano dos millones de euros para arreglar la cubierta, que tiene goteras y problemas de humedades

16.04.13 - 19:34 -

Bodegas Ysios demanda a Calatrava
La bodega Ysios de Laguardia, en la Rioja alavesa. / Archivo
Bodegas Domecq, propietaria de la bodega Ysios de Laguardia, en la Rioja alavesa, ha demandado al arquitecto valenciano Santiago Calatrava y a todos los agentes que construyeron el edificio, para que asuman el coste de dos millones de euros del arreglo de la cubierta, que tiene goteras y problemas de humedades. Fuentes de Bodegas Domecq han confirmado este martes la presentación de esta demanda ante el juzgado de primera instancia de Vitoria. El edificio de esta bodega, inaugurado en 2001, fue diseñado por Calatrava y un equipo de arquitectos, y la obra fue ejecutada por la constructora Ferrovial.
Es una de las construcciones más vanguardistas de la zona y destaca por la ondulación de sus tejados de aluminio con la sierra de Cantabria como fondo, en medio de un paisaje de viñas. Desde su inauguración ha sufrido problemas de goteras y la cubierta ha sido reparada en varias ocasiones, aunque sin éxito, han confirmado las fuentes. El problema es que el tejado, de aluminio, es "bastante endeble y con el viento se mueve", un movimiento que genera goteras y humedad.
Hasta ahora Bodegas Domecq ha tenido "muy buena relación" con todos los agentes que intervinieron en su construcción para proceder a los arreglos pero el problema persiste y la empresa decidió encargar un estudio pericial para acometer una gran reforma de la cubierta. "No nos ha quedado más remedio que llevar el asunto por la vía judicial porque cada uno de los agentes que participaron en el diseño y construcción del edificio eludía las responsabilidades", ha aclarado una responsable de Bodegas Domecq, que ha cifrado en aproximadamente dos millones de euros el coste de la obra.
Así, la demanda se ha interpuesto contra Santiago Calatrava, las direcciones facultativa y de ejecución de la obra y la empresa Ferrovial, todos ellos "responsables", a juicio de Domecq, de que la cubierta no se encuentre en buenas condiciones. Las fuentes han insistido, no obstante, en que los problemas del tejado no afectan a la calidad de los vinos ya que en la bodega se toman todas las medidas adecuadas para controlar "en todo momento" la temperatura y la humedad óptimas para la elaboración del vino.

martes, 12 de marzo de 2013

El Thyssen-Bornemisza organiza la primera gran antológica sobre el hiperrealismo

El Thyssen-Bornemisza organiza la primera gran antológica sobre el hiperrealismo

El próximo 22 de marzo, el museo abrirá las puertas de la muestra Hiperrealismo 1967-2012, una selección de más de 60 obras de artistas como Richard Estes, John Baeder, Robert Cottingham, entre otros.
La pintura de Richard Estes, hiperrealista, ya contó hace poco con una individual en el Thyssen.

Con artistas como Richard Estes, John Baeder, Chuck Close, Robert Cottingham, Peter Maier o Clive Head, el Museo Thyssen Bornemisza propondrá por primera vez una exposición antología del hiperrealismo, desde los grandes maestros norteamericanos hasta la actualidad. Organizada por el Institut für Kulturaustausch (Instituto para el Intercambio Cultural de Alemania), Hiperrealismo 1967-2012 abrirá sus puertas en el museo madrileño el 22 de marzo con 66 obras procedentes de diversos museos y colecciones particulares.

A finales de los años 1960 surgió en Estados Unidos un grupo de artistas que pintaban con gran realismo objetos y escenas de la vida cotidiana utilizando la fotografía como base para la realización de sus obras. La consagración de este movimiento tuvo lugar en la Documenta de Kassel en 1972 y su actividad se prolonga hasta nuestros días, cuando muchos de los pioneros del grupo continúan en activo junto con nuevos artistas que utilizan la técnica fotorrealista en sus creaciones.

Paisajes urbanos, escaparates, restaurantes de comida rápida, últimos modelos de coches, relucientes motocicletas, juguetes de hojalata, botes de "ketchup", fragmentos de la vida cotidiana, escenas banales y artículos de consumo se convierten en tema artístico.Motivos intrascendentes que captan primero a través de la fotografía y que después trasladan al lienzo mediante un laborioso proceso, utilizando recursos como la proyección de diapositivas o el sistema de trama.
Estados Unidos, el lugar de origen

A comienzos de los años 60 del pasado siglo, en la Costa Oeste norteamericana, Robert Bechtle empieza a producir los primeros cuadros auténticamente fotorrealistas.Al mismo tiempo, Richard Estes comienza en Nueva York a trabajar en sus escaparates y paisajes urbanos, Chuck Close pinta sus famosos retratos y, la única mujer de este grupo de pioneros, Audrey Flack, realiza sus primeros trabajos basados en fotografías.

Esta primera generación es casi exclusivamente norteamericana. Con algunas particularidades, sus temas muestran el estilo de su entorno, imágenes de la vida cotidiana, artículos de consumo y vehículos son los temas más representativos.Ejemplos de ello son David Parrish, Tom Blackwell, Ron Kleemann, Don Eddy, Ralph Goings o Jonh Salt.

El bodegón es otro de los temas predilectos de los hiperrealistas, a los que les interesa el juego de la luz incidiendo sobre superficies pulidas. Así se puede contemplar en las obras de Charles Bell, Ben Schonzeit o Audrey Flack.Por su parte, Robert Cottingham se interesa por los anuncios comerciales y los rótulos luminosos; Richad Estes por los reflejos en escaparates, cabinas telefónicas y automóviles; John Baeder pinta el exterior de restaurantes de comida rápida, mientras que Ralph Goings prefiere las imágenes de su interior.

El mundo rural de Estados Unidos está representado con obras de Richard McLean, Jack Mendenhall o Robert Bechtle, mientras que los retratos de personas próximas y autorretratos son otro de los temas de este movimiento y Chuck Close es su mayor representante.También al suizo Franz Gertsch le atrajo el retrato, y junto al británico John Salt, son los únicos hiperrealistas de la primera generación no estadounidenses. Ambos contribuyeron a la internacionalización del movimiento.
Versiones del hiperrealismo

La segunda generación hiperrealista, en los años 1980 y 1990, muestra un mayor interés por trasladar al lienzo las fotografías con el máximo rigor en los detalles, incorporando las posibilidades de las nuevas tecnologías. El italiano Anthony Brunelli fotografía los modelos con un objetivo gran angular, uniendo después varias imágenes en el lienzo. Pinta así vistas urbanas de los diversos países en los que trabaja. Robert Gnieweck, con sus paisajes urbanos, Davis Cone, con las salas de cine, y el francés Bertrand Meniel, con las grandes ciudades estadounidenses, son representantes del momento.La escasa presencia de la figura humana aumenta la impresión de frialdad y distanciamiento en obras como las de Rod Penner y Don Jacot.

Los artistas actuales, la tercera generación de hiperrealistas, trabajan con las cámaras digitales más modernas y consiguen llevar la pintura realista a otra dimensión, creando experiencias visuales completamente nuevas. Roberto Bernardi, Raphaella Spence, Peter Maier, Ben Johnson, Robert Neffson o el británico Clive Head son algunos de sus representantes cuyas obras se podrán contemplar en la exposición que llegará a Madrid después de su exhibición en la Kunsthalle de Tubinga (Alemania).

martes, 8 de enero de 2013

Los ingenieros que Merkel jamás reclamará

Los ingenieros que Merkel jamás reclamará

El ingenio ha fenecido. Ahora son grados o másteres, nunca más ingenieros. Término arcaico. Su tradición, también. Ya son más de ¡seiscientos grados y doscientos másteres en ingeniería! No sabía que existían tantas disciplinas.
Un frenesí de títulos vacuos y esponjosos. O acaso ignorancia a granel. Compiten entre ellos en nombre rimbombante, en simplismo académico, en ausencia de base matemática y científica, en falta de esfuerzo. O, quizás, me he quedado obsoleto. Será lo más probable, pobre antigualla juntadora de vocablos renacentistas y exabruptos inconvenientes.
Antiguamente, cuando una empresa necesitaba contratar un ingeniero en España o fuera de ella, sabía muy bien lo que se iba a encontrar: Aeronáutico, Agrónomo, Montes, Minas, Industrial cual cajón de sastre en el que todo cabía,…
Los legendarios ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, de cuando Agustín de Betancourt modernizó la Rusia del zar Alejandro I, hace ya doscientos años hoy amplían el Canal de Panamá. Los más recientes ingenieros de Telecomunicación que han diseñado y construido el sistema de tráfico aéreo alemán y son líderes mundiales en simulación.
O los ingenieros navales herederos de aquellos maestros que astillaron los buques que surcaron todos los mares a la vez por vez primera. Del desconocido Blasco de Garay que hizo moverse un misterioso artefacto por el puerto de Barcelona en el año 1543, con la ayuda del diablo, ya que no utilizó remos ni velas. ¿La primera máquina de vapor?
Del legendario Jorge Juan, Isaac Peral y tantos otros constructores de buques, cuando todos los océanos eran lagunas interiores de cierta piel de toro que hoy brama y cruje por sus costuras, resquebrajada a causa de la mendacidad, la corrupción, la imbecilidad política en todos los frentes.
O de aquel marino mal recordado, Fernando Villaamil, amigo de mi bisabuelo y compañero de fatigas suyo, comandante de la mítica corbeta Nautilus y buen escritor, que parió el Destructor. Cañonero legendario que los ingleses copiaron, inaugurando una nueva clase de buque de guerra con el mismo nombre, pilar de su imperio, de su epopeya y su perfidia, que algunos catetos indocumentados denominan destroyer.
Buque precursor de la Hormiga Atómica, en realidad ocho corbetas de la clase descubierta, los últimos barcos de guerra construidos con tecnología genuinamente española. El apodo ha sido otorgado con admiración por los marinos y marines estadounidenses que patrullan con ellos por el Golfo Pérsico en la actualidad. Después de más de treinta años de singladuras, son todavía los mejores a pesar de su pequeñez, según el decir de propios y extraños, y eso que la vetustez las ha degradado a simples patrulleras.
Varias de ellas, la Cazadora, la Vencedora, nombres dignos de su aura y su valía, todavía patrullan a la caza de piratas y maleantes, desgraciadamente no los de guante blanco que nos están dejando sin blanca, que siguen cachondeándose de nosotros cada día con sus salarios delirantes, saltando de destrozo en destrozo bajo la protección de la Camorra empresarial y política.
A pesar de ser pequeñas y de la poca tripulación que necesitan, realizan su trabajo con el insomnio que produce el no embarcar relevo, tienen un armamento equiparable al de cualquier fragata actual cinco veces mayor en tamaño, cuatro en tripulación y arrobas de sofisticación. Por productividad que no sea. Sus misiles Exocet pueden partir en dos cualquier monstruo erizado en aviones o misiles que se les pongan a tiro. Su agilidad, su capacidad operativa les permite entrar en acción, a pesar de los achaques de la edad, cuando el resto de los buques de la OTAN todavía se lo están pensado o tienen que volver a puerto, capados o humillados, porque se les ha roto un acoplamiento, han perdido un tornillo o tienen que resetear el software de última generación.
La lista de las aportaciones de la ingeniería española al mundo es inmensa. Desde el autogiro de La Cierva, precursor del helicóptero, hasta el centenario Spanish Aerocar de Alejandro Torres Quevedo que todavía atraviesa las cataratas del Niágara.
O tantas otras maravillas de la ingeniería, como el primer submarino operativo de la historia, que lleva largos años a la intemperie, pudriéndose, en Cartagena. Metáfora de este país al cual le ha faltado tejido empresarial, empresarios y políticos decentes, no esforzados ingenieros.
El proceso envilecedor de Bolonia ha borrado de un plumazo tan sublime y legendaria tradición. La ANECA ha triturado la profesión. Nadie se aclara entre tanto maremágnum de grados y másteres, de unas competencias que ya cualquiera tiene por obra y gracia de un titulín, obtenido sin esfuerzo, ausente de conocimientos.
Parte importante de la culpa la tiene la imposibilidad de poder contratar buenos docentes a causa de una burocracia aberrante, la necesidad de aprobar al que no estudia para cumplir con los ratios, para no ser considerado mal profesor.
Los buenos catedráticos se están jubilando. Los repuestos están vedados por la ANECA a no ser que se tapen las narices y se conviertan en indecentes tramposos. La mayoría se niega a prostituirse, aunque cercene su carrera. Una cuestión de dignidad, de honradez e integridad.
Las empresas son hoy incapaces de discriminar entre universidades, discernir entre titulados de centenarias instituciones, otrora prestigiosas, de cuchitriles supuestamente académicos que escupen titulados. En apenas un lustro se ha igualado por abajo todas las escuelas de ingeniería españolas. La mayoría de las instituciones privadas, salvo alguna honrosa excepción como los ingenieros de ICAI, jamás tuvieron, ni tienen, ningún nivel, ya que se nutrían de rebotados hijos de papá a doblón la matrícula, a cambio de un diploma donde enmarcar su desfachatez.
Ha desaparecido una tradición de excelencia, rechinante palabreja para enorgullecer ignorantes. Aquella que lubricaba de saber este país y, no solo él, a base de buena ingeniería, anónima eficacia, humildad, autocrítica, evolución, reto, desafío y, a menudo, rabia.
Esto no es arquitectura, menos todavía economía académica. Se trabaja en equipo. No hay primas donnas: son disciplinas complejas. Lo sublime en ingeniería es efímero. Dura el tiempo que tarda el siguiente artefacto en descabalgar del podio el milagro reciente. Tampoco es verdad: la Torre Eiffel o el acueducto de Segovia siguen siendo maravillosas obras de ingeniería, a pesar de los pirulís acristalados que pululan hoy, homogeneizando en vulgaridad las grandes ciudades de este planeta, caduco, en parte, por culpa nuestra.
Por no ser capaces de explicar los riesgos del uso excesivo y descontrolado de la tecnología, de promover un sensato disfrute; los riesgos de exacerbar la mala utilización de los avances científicos, de aplicar la tecnología sin la mesura y la sensatez que la Tierra demanda; por dejar que los druidas acapararan demasiado protagonismo a costa de hazañas tecnológicas ajenas, convertidas por ellos en religión.  
A las grandes escuelas de ingeniería española les sobraba Bolonia. Hasta ahora nunca tuvieron desempleo los que salían de ellas. Las buenas empresas se los rifaban. Valían. Con eso bastaba. Los títulos no se otorgaban gratis. Por eso no eran tantos los agraciados. Se exigía sudor, a veces lágrimas. Muchos se quedaban por el camino. Por algo sería.
El ingeniero español jamás tuvo problema alguno para ser homologado en ningún lugar del orbe, empezando por los países anglosajones, incluidos los Estados Unidos, y Francia, Alemania o el Reino Unido. Al revés no pasaba. El corporativismo atenazaba. Nada era perfecto. Al menos al Estado le salía gratis. Ahora es todo lo contrario. Cualquiera vale. Todos tienen competencias. Costará vidas. Saldrá caro. Volveremos sobre ello.
En el extranjero sabían a quien contrataban. No era solo simple cuestión de prestigio. Los ingenieros españoles producían desde el primer día. Les habían dado tantos palos durante la carrera que lo único bueno inculcado era la capacidad de aprender en tiempo récord aquello que la empresa les demandaba, de buscarse la vida y la de su equipo, con eficacia, a toda velocidad, aunque no fuese en el campo de su especialidad: sus cimientos eran profundos, aunque los hubiesen obtenido a base de zurriagazos, ojeras y codos.
Era esa capacidad de asimilar, su magnífica base matemática y física y, por qué no decirlo, humanística, la que los hacía ser tan demandados. Ahora, con esa tontería de la evaluación continua impuesta por la delirante pedagogía en vigor, cosa que muchos llevamos aplicando toda la vida como hemos podido, al convertir la universidad en una extensión del parvulario, la iniciativa de los estudiantes ha sido cercenada, el esfuerzo aplastado, infantilizándolos todavía más, castrando su futuro y nuestra jubilación.
Nos hemos cargado una tradición centenaria, innovadora, la mejor que teníamos, la que Merkel reclama. Estamos a tiempo de recapacitar, de reconducir el disparate que terminará de envolver este país carcomido en ignorancia y fatuidad, en ruina económica y no solo intelectual.
¿Cuál es la solución? Volver a formar ingenieros. Arrancar de las serviles garras de la ANECA las antiguas Escuelas Técnicas Superiores, antes llamadas Escuelas Especiales, que por algo lo eran. Hacerlo antes de que el veneno de la burocracia las destruya para siempre. Reorganizarlas. Mantenerlas, a la manera de las Grandes Ecoles francesas, fuera del destructivo sistema auspiciado por Bolonia, para que vuelvan a producir admirados profesionales. Dejando que las empresas discriminen, que las universidades que lo deseen sigan produciendo parados, perdón, devaluados grados y másteres de pinipón.
Pero esto es la España eterna, profunda, mezquina, caciquil, cutre, atenazada por mediocres burócratas y políticos corruptos, por nacionalistas pobres de espíritu, ciegos de codicia y de impiedad, exentos todos ellos de sensatez, sabiduría y, tristemente, carentes de grandeza, de generosidad, de la belleza y la satisfacción que produce el trabajo digno y las cosas bien hechas. Merkel, tiembla.