El Thyssen-Bornemisza organiza la primera gran antológica sobre el hiperrealismo
El próximo 22 de marzo, el museo abrirá las puertas de la muestra Hiperrealismo 1967-2012, una selección de más de 60 obras de artistas como Richard Estes, John Baeder, Robert Cottingham, entre otros.
Con artistas como Richard Estes, John Baeder, Chuck
Close, Robert Cottingham, Peter Maier o Clive Head, el Museo Thyssen
Bornemisza propondrá por primera vez una exposición antología del
hiperrealismo, desde los grandes maestros norteamericanos hasta la
actualidad. Organizada por el Institut für Kulturaustausch (Instituto
para el Intercambio Cultural de Alemania), Hiperrealismo 1967-2012 abrirá sus puertas en el museo madrileño el 22 de marzo con 66 obras procedentes de diversos museos y colecciones particulares.
A finales de los años 1960 surgió en Estados Unidos un grupo de artistas que pintaban con gran realismo objetos y escenas de la vida cotidiana utilizando la fotografía como base para la realización de sus obras. La consagración de este movimiento tuvo lugar en la Documenta de Kassel en 1972 y su actividad se prolonga hasta nuestros días, cuando muchos de los pioneros del grupo continúan en activo junto con nuevos artistas que utilizan la técnica fotorrealista en sus creaciones.
Paisajes urbanos, escaparates, restaurantes de comida rápida, últimos modelos de coches, relucientes motocicletas, juguetes de hojalata, botes de "ketchup", fragmentos de la vida cotidiana, escenas banales y artículos de consumo se convierten en tema artístico.Motivos intrascendentes que captan primero a través de la fotografía y que después trasladan al lienzo mediante un laborioso proceso, utilizando recursos como la proyección de diapositivas o el sistema de trama.
Estados Unidos, el lugar de origen
A comienzos de los años 60 del pasado siglo, en la Costa Oeste norteamericana, Robert Bechtle empieza a producir los primeros cuadros auténticamente fotorrealistas.Al mismo tiempo, Richard Estes comienza en Nueva York a trabajar en sus escaparates y paisajes urbanos, Chuck Close pinta sus famosos retratos y, la única mujer de este grupo de pioneros, Audrey Flack, realiza sus primeros trabajos basados en fotografías.
Esta primera generación es casi exclusivamente norteamericana. Con algunas particularidades, sus temas muestran el estilo de su entorno, imágenes de la vida cotidiana, artículos de consumo y vehículos son los temas más representativos.Ejemplos de ello son David Parrish, Tom Blackwell, Ron Kleemann, Don Eddy, Ralph Goings o Jonh Salt.
El bodegón es otro de los temas predilectos de los hiperrealistas, a los que les interesa el juego de la luz incidiendo sobre superficies pulidas. Así se puede contemplar en las obras de Charles Bell, Ben Schonzeit o Audrey Flack.Por su parte, Robert Cottingham se interesa por los anuncios comerciales y los rótulos luminosos; Richad Estes por los reflejos en escaparates, cabinas telefónicas y automóviles; John Baeder pinta el exterior de restaurantes de comida rápida, mientras que Ralph Goings prefiere las imágenes de su interior.
El mundo rural de Estados Unidos está representado con obras de Richard McLean, Jack Mendenhall o Robert Bechtle, mientras que los retratos de personas próximas y autorretratos son otro de los temas de este movimiento y Chuck Close es su mayor representante.También al suizo Franz Gertsch le atrajo el retrato, y junto al británico John Salt, son los únicos hiperrealistas de la primera generación no estadounidenses. Ambos contribuyeron a la internacionalización del movimiento.
Versiones del hiperrealismo
La segunda generación hiperrealista, en los años 1980 y 1990, muestra un mayor interés por trasladar al lienzo las fotografías con el máximo rigor en los detalles, incorporando las posibilidades de las nuevas tecnologías. El italiano Anthony Brunelli fotografía los modelos con un objetivo gran angular, uniendo después varias imágenes en el lienzo. Pinta así vistas urbanas de los diversos países en los que trabaja. Robert Gnieweck, con sus paisajes urbanos, Davis Cone, con las salas de cine, y el francés Bertrand Meniel, con las grandes ciudades estadounidenses, son representantes del momento.La escasa presencia de la figura humana aumenta la impresión de frialdad y distanciamiento en obras como las de Rod Penner y Don Jacot.
Los artistas actuales, la tercera generación de hiperrealistas, trabajan con las cámaras digitales más modernas y consiguen llevar la pintura realista a otra dimensión, creando experiencias visuales completamente nuevas. Roberto Bernardi, Raphaella Spence, Peter Maier, Ben Johnson, Robert Neffson o el británico Clive Head son algunos de sus representantes cuyas obras se podrán contemplar en la exposición que llegará a Madrid después de su exhibición en la Kunsthalle de Tubinga (Alemania).
A finales de los años 1960 surgió en Estados Unidos un grupo de artistas que pintaban con gran realismo objetos y escenas de la vida cotidiana utilizando la fotografía como base para la realización de sus obras. La consagración de este movimiento tuvo lugar en la Documenta de Kassel en 1972 y su actividad se prolonga hasta nuestros días, cuando muchos de los pioneros del grupo continúan en activo junto con nuevos artistas que utilizan la técnica fotorrealista en sus creaciones.
Paisajes urbanos, escaparates, restaurantes de comida rápida, últimos modelos de coches, relucientes motocicletas, juguetes de hojalata, botes de "ketchup", fragmentos de la vida cotidiana, escenas banales y artículos de consumo se convierten en tema artístico.Motivos intrascendentes que captan primero a través de la fotografía y que después trasladan al lienzo mediante un laborioso proceso, utilizando recursos como la proyección de diapositivas o el sistema de trama.
Estados Unidos, el lugar de origen
A comienzos de los años 60 del pasado siglo, en la Costa Oeste norteamericana, Robert Bechtle empieza a producir los primeros cuadros auténticamente fotorrealistas.Al mismo tiempo, Richard Estes comienza en Nueva York a trabajar en sus escaparates y paisajes urbanos, Chuck Close pinta sus famosos retratos y, la única mujer de este grupo de pioneros, Audrey Flack, realiza sus primeros trabajos basados en fotografías.
Esta primera generación es casi exclusivamente norteamericana. Con algunas particularidades, sus temas muestran el estilo de su entorno, imágenes de la vida cotidiana, artículos de consumo y vehículos son los temas más representativos.Ejemplos de ello son David Parrish, Tom Blackwell, Ron Kleemann, Don Eddy, Ralph Goings o Jonh Salt.
El bodegón es otro de los temas predilectos de los hiperrealistas, a los que les interesa el juego de la luz incidiendo sobre superficies pulidas. Así se puede contemplar en las obras de Charles Bell, Ben Schonzeit o Audrey Flack.Por su parte, Robert Cottingham se interesa por los anuncios comerciales y los rótulos luminosos; Richad Estes por los reflejos en escaparates, cabinas telefónicas y automóviles; John Baeder pinta el exterior de restaurantes de comida rápida, mientras que Ralph Goings prefiere las imágenes de su interior.
El mundo rural de Estados Unidos está representado con obras de Richard McLean, Jack Mendenhall o Robert Bechtle, mientras que los retratos de personas próximas y autorretratos son otro de los temas de este movimiento y Chuck Close es su mayor representante.También al suizo Franz Gertsch le atrajo el retrato, y junto al británico John Salt, son los únicos hiperrealistas de la primera generación no estadounidenses. Ambos contribuyeron a la internacionalización del movimiento.
Versiones del hiperrealismo
La segunda generación hiperrealista, en los años 1980 y 1990, muestra un mayor interés por trasladar al lienzo las fotografías con el máximo rigor en los detalles, incorporando las posibilidades de las nuevas tecnologías. El italiano Anthony Brunelli fotografía los modelos con un objetivo gran angular, uniendo después varias imágenes en el lienzo. Pinta así vistas urbanas de los diversos países en los que trabaja. Robert Gnieweck, con sus paisajes urbanos, Davis Cone, con las salas de cine, y el francés Bertrand Meniel, con las grandes ciudades estadounidenses, son representantes del momento.La escasa presencia de la figura humana aumenta la impresión de frialdad y distanciamiento en obras como las de Rod Penner y Don Jacot.
Los artistas actuales, la tercera generación de hiperrealistas, trabajan con las cámaras digitales más modernas y consiguen llevar la pintura realista a otra dimensión, creando experiencias visuales completamente nuevas. Roberto Bernardi, Raphaella Spence, Peter Maier, Ben Johnson, Robert Neffson o el británico Clive Head son algunos de sus representantes cuyas obras se podrán contemplar en la exposición que llegará a Madrid después de su exhibición en la Kunsthalle de Tubinga (Alemania).
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