«Un escritor crea una novela porque no está conforme con el mundo que le rodea»
01.09.12 - 01:09 -
Alberto Martínez (Cartagena, 1985) es un alumno de
Ingeniería Mecánica con una gran pasión: la lectura. Empezó esa afición
casi a la par que su etapa universitaria. Las historias de Julio Verne,
Sir Arthur Conan Doyle, H.G. Wells o «la joya de la literatura
española», 'El Quijote' de Cervantes, despertaron su curiosidad por las
letras. Tras haber leído cientos de relatos tenía una deuda pendiente.
«Escribí este libro porque era el que hubiera deseado leer». Algunas
novelas las leía y le dejaban con ganas de más. Otras, sin embargo
«empezaban bien pero hacia la mitad o incluso cerca del final parecía
que el escritor perdía la ilusión». El resultado son las tres partes que
forman su ópera prima 'Viajeros hacia el Edén', una novela apta para
todos los lectores. «En principio lo puede leer cualquier persona. Es
una novela que podría ser puente para quienes están acostumbrados a leer
libros tipo Crepúsculo hacia otros clásicos».
- ¿Qué propone en ese 'Viaje hacia el Edén'?
- Es una búsqueda de los personajes, protagonistas del
libro que pierden a sus seres queridos. Uno a su padre y el otro, a su
hermano. Intentan hallar la razón de por qué ha ocurrido ese suceso,
porque la forma como desaparecen no es algo que sea lógica ni normal.
Además, como el mundo en que viven está completamente desolado tratan de
hallar la explicación a como ha podido llegar la humanidad a ese punto,
porque no saben nada de su pasado.
- En la segunda parte de su novela hace una representación de la decadencia de la sociedad, ¿piensa que la actual es así?
- En 'La colina onírica' trato de representar lo que
sucedió en el mundo en el que viven los personajes, pero a pequeña
escala. No puedo hablar del pasado abiertamente, por ello, trato de
reflexionar lo sucedido pero en un pueblo. Los problemas que les suceden
a los habitantes se vuelven contra ellos. Por ende, los mismos aspectos
que les llevan a los habitantes del pueblo a luchar entre ellos, les
lleva a la destrucción.
- ¿Anhela un mundo mejor?
- Intento cambiar lo que se observa porque un escritor no
escribe sobre lo que ve cada día. Si lo hace es porque no está conforme
con el mundo que le rodea. Cuando empecé a escribir este libro, traté
de crear un mundo desolado y cambiarlo hacia donde quería que fuese la
historia. Aunque parece claro el rumbo que toma la historia, en la
tercera parte los personajes no tienen claro hacia dónde van porque lo
que un día está al norte, otro está al este, y al siguiente al sur.
- ¿Hacia dónde pretendía que se dirigiera la historia?
- Cada suceso que se ha escrito tiene una explicación,
que hace deliberar al lector sobre los acontecimientos que tienen lugar
cada día a los personajes, pues son un reflejo de situaciones de la
vida. La primera parte del libro, 'La isla de San Pedro', es un reflejo
del mundo en que vivimos: la estratificación social y el hecho de que
queremos hacer creer a los ciudadanos que viven en un mundo perfecto,
cuando no es así.
- ¿Nada es lo que parece?
- No. La isla de San Pedro aunque parece que es un
reflejo del cielo y les hace sentir a los personajes que están ahí; en
realidad, es todo artificial, ni siquiera los habitantes de esa isla son
creyentes. Es una sociedad en la que los relegados de la religión son
los que construyeron la isla de San Pedro. Los habitantes pensaban que
si no iban a tener derecho a ir al cielo, mejor construirse el suyo
propio.
- ¿Cómo son los personajes que aparecen en su historia?
- Como sucede cuando se escribe una primera novela, al
principio los diálogos parecen que están un poco forzados. Los
personajes se vuelven más reales conforme se centra la historia más en
ellos, a la vez que avanza el hilo argumental. En la tercera parte, la
historia se concentra no solo en los personajes sino en sus sueños, en
la vida que han tenido y en sus sentimientos. Sirve para que el lector
empatice y se ponga en el pellejo de los personajes pues ya no son solo
parte del libro, sino que pueden ser personas como ellos mismos. Los
personajes sufren como una persona real. Eso es lo que hace que el
lector los sienta como existentes y le afecte más, lo que les suceda a
esos personajes del libro. Un escritor lo que busca es generar una
reacción en el lector.
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