Las ventas de Segovia se disfrutan mejor en automovil
Segovia es seguramente el gran emblema del fin de semana madrileño. Llega el viernes y un ejército de ‘gatos’ se distribuyen estratégicamente a lo largo y ancho de los alrededores de la capital, entremezclándose de manera normalmente discreta con el castellano de pura cepa. A la ciudad medieval se llega muy rápido por autopista, pero en sus alrededores hay mucho más que disfrutar si sabemos huir del tópico, y ahí es donde nuestro Twingo, tan juguetón cambiando de carril en la capital como en provincias, demostrará de qué pasta está hecho. Carreteras pequeñas, grandes espacios abiertos y una capacidad ilimitada para el disfrute. Las ventas viven una edad de oro, y el automóvil es nuestra nueva manera de hacer parada.
Si dejamos atrás las calles medievales de la ciudad podemos integrarnos en ambientes más rurales, sin prisa pero sin pausa. Así es posible disfrutar de una geografía invernal que invita a la reflexión y unas vistas prodigiosas que parece mentira que siempre hayan estado a un tiro de piedra. El pequeño francés
demuestra que tiene alegría para un roto y un descosido, pegándose bien
a la carretera pese a la orografía, y nos da confianza para seguir
nuestra ruta.
En Revenga encontramos Casa Mariano, un lugar económico y con todas las facilidades para no echar nada de menos de la ciudad. Situada entre La Granja y Segovia y
a sólo unos kilómetros de cada una de ellas, su ubicación es casi
estratégica y nos permite alcanzar todas las zonas de interés turístico,
gastronómico y cultural de la zona. Desde Madrid, entramos por la A-61 dirección Segovia, saliendo en Otero de Herreros.
Allí nos espera una posada rústica que huele a comida castellana
tradicional, donde la madera adorna unos interiores cálidos que nos
invitan a refugiarnos del frío. Menú diario y los fines de semana entre 10 y 15 euros, con buenas bandejas de pinchos para los que andan con mucha prisa. Si la noche se echa encima siempre podemos alojarnos en la propia casa.
Venta vieja (Ortigosa del Monte)
Otra buena opción es dirigirnos a Ortigosa del Monte, donde nos encontramos con la Venta Vieja, un lugar que nos imbuye aún más de ese ambiente rústico y relajado, pero experta en satisfacer las necesidades del cliente. Su horno está muy por encima de la simpatía de alguno de sus camareros, y eso ya merece la pena. Sus embutidos, con fábrica propia, van a dejarnos satisfechos con seguridad. Y si hay demanda, todavía organizan una buenas jornadas de matanza para ver cómo se las gastan en la tierra. Su horno es experto en obsequiar al visitante con cordero, y -por supuesto- cochinillo segoviano. Y el alojamiento es de fábula, con las vistas a la sierra de sus casas rurales y el pino de Valsaín forrando el cálido interior de las habitaciones (Tlf. 921 48 91 64).
En plena ruta hallamos el Ventorro de San Pedro Abanto, en la carretera de Segovia a Arévalo y otro de los puntos de interés gastronómico de los alrededores. Mucho y bueno ha hecho Juan para mantener esta venta como un lugar de paso y parada. Carlos y Rogelio en la cocina saben lo que se busca para entornar el cuerpo y el espíritu, que por algo estamos en un antiguo convento de 1486, bajo la protección de San Juan de Requijada. Comida castellana tradicional y de cuchara, judiones de La Granja, sopas y migas
de la abuela, en él podemos disfrutar del olor de la lumbre sin las
aglomeraciones de los núcleos más poblados. Lugar obligado (921 431 481).
Venta Hontoria
Venta Hontoria está en otra pequeña localidad de los
alrededores, más conocida por su polígono industrial que por su pequeño
y coqueto casco urbano. En los fogones de su venta, además del
cochinillo y los judiones, también son expertos en setas,
además de otros productos de temporada. Su terraza de verano es un
delicioso lugar de encuentro, donde el mundo parece pararse. Grandes meriendas y mejores negocios se han fraguado en esta venta que tiene una tortilla de patata que es el reclamo de mucho viajante, aunque más de un viajero tiene debilidad por su guiso de oreja (921 44 04 44).
Venta Pinillos (Pinillos de Polenda)
Estamos en otro excelente mesón castellano, tan bueno como sencillo y barato. En Segovia y alrededores guardan este secreto a voces, y es que lo mejor en ocasiones está algo más allá de lo evidente. Su brevísima carta de productos caseros es de lo mejor que podemos encontrar en la zona, con unos huevos fritos y una tarta de queso que redefinen el concepto de “cocina tradicional”. Su ensalada y su frasca de vino ya justifica que el conductor de Renault y el de John Deere compartan mesa y mantel. Una delicia de lugar para donde siempre vamos a encontrar una excusa para volver (921 49 61 94).